Artículo escrito por Carlos Salas, colaborador de idealista news
Durante una visita a España, Ingvar Kamprad, presidente de Ikea, bajó a la recepción del hotel y le dijo al encargado que había un error. Le habían alojado en la habitación equivocada. El recepcionista le preguntó el nombre y, cuando chequeó, le dijo que era correcto: la suite estaba reservada a su nombre
Kamprad movió la cabeza y dijo que le pasara a una habitación simple. Una suite era demasiado grande y cara para él… a pesar de tener una saneada cuenta bancaria con más de 10 ‘ceros’. ¿Tacañería? Seguro que sí, pero otra persona no le llamaría tacaño sino el hombre que no despilfarraba ni cuando era millonario.
Ingvar Kamprad es un ahorrador compulsivo. Cuando viaja en avión va en clase turista. “No creo que llegue antes si voy en primera”, asegura. Ha mantenido hasta hace poco un volvo de 1993, suele acercarse a comer en los baratos comedores de las tiendas Ikea y le encanta comprar en las rebajas.
Además, obliga a sus empleados a usar los papeles por ambas caras, y a sus diseñadores a ahorrar céntimos reduciendo las medidas de los muebles en milímetros. Gracias a esa 'manía' monetaria levantó el imperio de los muebles baratos que ahora cuenta con cientos de tiendas por todo el mundo. Tiene el record de ser el mayor consumidor de madera del planeta.
Su catálogo se ha hecho tan famoso, que ya hace ediciones globales de más de 200 millones de ejemplares, es decir, es el libro más impreso de la historia. Al cierre de su último ejercicio fiscal, que concluyó el pasado 31 de agosto, obtuvo una facturación récord de 38.300 millones de euros, lo que representa una mejora del 5,2% con respecto al ejercicio precedente. Todo es de la familia Kanmprad pues Ikea no cotiza en bolsa. Sigue siendo un negocio familiar.
Historia de un éxito
Kamprad nació en 1926 en Pjätteryd, Suecia. De pequeño comenzó comprando cerillas al por mayor en Estocolmo para repartirlas en bicicleta en su pueblo a un precio más bajo que sus competidores. De allí pasó al pescado, árboles de navidad, bolígrafos y lápices.
El negocio pronto se llamó IKEA (Ingvar Kamprad Elmtaryd Agunnaryd), los dos últimos nombres corresponden a la granja donde se fundó la empresa en la localidad de Agunnaryd. En 1947, Ikea dio su gran paso: fabricar muebles baratos. Para cumplir con ese sueño, Kamprad se dio cuenta de que el montaje y el transporte deberían correr a cargo del comprador.
En poco tiempo, los muebles baratos de Ikea se convirtieron en algo tan popular que los otros fabricantes de muebles le quisieron boicotear. En 1963, Okea dio su primer salto internacional al instalarse en Noruega. En 1985, abrió su primera tienda en EEUU y en 1998 entró por primera vez en China, un acontecimiento que debido a la afluencia de las masas, colapsó las vías durante horas.
Con 403 tiendas en 49 países, y más de 150.000 empleados, Ikea tiene unas ventas anuales de 38.300 millones de euros y en 2020 espera superar los 50.000 millones. El año pasado, la empresa ganó 2.500 millones de euros.
Un fenómeno mundial
Los muebles de Ingvar Kamprad se han convertido en la decoración de las casas de los recién casados, pero también han penetrado en todos los estratos sociales gracias a algo muy particular de la casa sueca: el diseño. “Para un diseñador de muebles es fácil crear un escritorio que puede costar 1.000 dólares, pero diseñar un escritorio funcional y bueno por 50 dólares sólo puede ser realizado por los mejores”, dijo Kamprad en una ocasión.
Quizá no sean productos para ‘durar toda la vida’, pero al ser tan baratos, permiten a una pareja cambiar de mobiliario y modernizarse varias veces en la vida. “La gente no tiene enormes sumas de dinero en el banco ni viven en grandes casas. Para esa gente es para quien yo creé Ikea”, dijo en una ocasión. Además, cualquier persona en cualquier parte del mundo puede entender el mismo manual de instrucciones para montar muebles pues viene explicado con figuras.
Ikea se ha hecho popular por ofrecer consejos para ahorrar dinero. En la web se vende el hermoso grifo Kråkskär con el aviso de que se pueden ahorrar más de medio millón de litros de agua al año si uno cierra el grifo cuando se cepilla los dientes.
Lo que parece que se ha convertido en un chiste mundial es el nombre de los muebles: Vittysjo, Klubbo, Lantliv, Boholme, Dåtid, Samsplet, Skogaby… a modo de juego, una web llamada ‘ikea or death’ reta a los lectores a adivinar si determinado nombre es un mueble de ikea o un grupo de música ‘heavy metal’.
Legado familiar
A pesar de su tamaño, una de las cosas que más sorprende a los inversores es que Ikea es una compañía familiar. “Solamente una visión a largo plazo puede asegurar nuestros planes de crecimiento y por eso no quiero que ikea dependa de las instituciones financieras”.
Las acciones de la marca de muebles y decoración está en manos de la Stichting Ingka Foundation, radicada en holanda para pagar menos impuestos (Suecia es uno de los países con los impuestos más altos del mundo).
La fundación también se ha convertido en uno de los mayores donantes de dinero con sus fondos de 100 millones de euros. Ikea que se dedica a ayudar a familias del tercer mundo a mejorar sus condiciones de vida.
El año pasado, Kamprad cedió la presidencia del grupo a uno de sus tres hijos. Pero él piensa mantenerse activo hasta el final. “Ten en cuenta que el tiempo es tu recurso más importante. Puedes hacer tanto en 10 minutos… diez minutos, una vez han ido, se han ido para siempre. Nunca se pueden recuperar”, dice en un manual que escribió en los años 70.
Se pueden leer los nueve mandamientos de Kamprad en un pequeño escrito titulado “el testamento de un vendedor de muebles”, que se descarga en la web de ikea. Es un manual de eficiencia para empresarios, ejecutivos y trabajadores.
3 Comentarios:
Pues he conocido gente que trabajaba en un ikea, y los sueldos eran bien austeros, haciendo honor a las costumbres del señor ikea. Pero bueno, tal y como estan las cosas, mejor algo que nada.
O bueno de hacer muebles con material reciclado es que es muy barato y además quedan muy bien. Encontré en http://www.1001consejos.com/libreros-originales/ muchas ideas para muebles
El artículo me ha parecido muy bueno . Sólo quiero indicar que ser austero no significa ser avaro.
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