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Las nuevas ayudas al alquiler están limitadas a contratos de hasta 600 euros mensuales
GTRES

A comienzos del mes de diciembre el Ministerio de Fomento aprobó las ayudas previstas en el plan estatal de fomento del  alquiler de vivienda, rehabilitación y regeneración urbana durante el periodo 2013- 2016. Uno los requisitos para poder acceder a estas ayudas es que el importe de la renta de alquiler no supere los 600 euros mensuales. Además, se debe disponer de un contrato de alquiler o la intención de alquiler de una vivienda.

Tal y como explica la abogada de Legalitas, Sara García, que los particulares que soliciten estas subvenciones dispondrán de un plazo de 30 días desde que les sea concedida la ayuda para presentar el contrato de alquiler de la vivienda.

Otras de las condiciones indispensables para recibirla es disponer de una renta básica inferior a tres veces el importe del IPREM (en 2014 el IPREM se sitúa en los 6.390,13 euros anuales en 12 pagas o 7.455,14  euros en 14 pagas) que se regulará en función del número de miembros de la familia.

Asimismo, el importe de esta ayuda será del 40% del total de la renta, con el límite de 2400 euros anuales, que se abonarán mes a mes proporcionalmente. La duración de esta ayuda es de 12 meses prorrogable otros 12, hasta la finalización del plan de ayudas, es decir, el año 2016.

La abogada aclara que aunque las ayudas ya han entrado en vigor es competencia de las Comunidades Autónomas el establecimiento de los plazos, formas, vías y gestión de solicitud de esta ayuda al alquiler. Por tanto, aún hay que esperar a que cada Comunidad publique su convocatoria de ayudas al alquiler.

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3 Comentarios:

Walle
15 Diciembre 2014, 12:57

Se acercan las elecciones, todo lo que criticaron a los anteriores ahora lo hacen sin el menor miramiento. Hipócritas...

Inmobiliaria O Trato Carlos García
15 Diciembre 2014, 13:18

Estos gobernantes nuestros siempre dándole vueltas a la noria. Lo que necesitan los ciudadanos son sueldos dignos acordes con el coste de la vida y los servicios. Y por otro lado, debería haber un precio mínimo y máximo para las rentas de las viviendas, fijadas por el estado, para que nadie se desmadre y los derechos de todos, caseros e inquilinos, estén a la par. Más política pragmática y menos cuentos.

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