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De antiguo centro comercial a 'coworking': la sorprendente renovación de un espacio en desuso
AIM Architecture

Los tiempos cambian, cada vez más rápido. La velocidad y la inmediatez afectan, a todos los aspectos de nuestra vida, incluso al económico y laboral.

De hecho, es el desarrollo de nuevas formas de entender la economía, en muchos casos como consecuencia de la aplicación de las nuevas tecnologías, está generando nuevas formas de entender el trabajo, algo que influye de forma notable en la arquitectura y el diseño de los espacios en los que se trabaja.

Hay muchos ejemplos, algunos más innovadores y originales; otros, menos. Y uno de los más interesantes lo encontramos en China, un país en el que a medida que un mercado de comercio electrónico en auge ha comenzado competir con mucha fuerza con las viejas formas de comercio, lo que, a su vez, está dando lugar al vaciamiento de los mercados tradicionales de ladrillo y mortero y a los centros comerciales. Una respuesta para evitar el abandono y el deterioro de estos espacios ha venido de los arquitectos, que trabaja para encontrar un nuevo uso para estas imponentes estructuras, como, por ejemplo, albergar oficinas para las muchas nuevas empresas y emprendedores del país.

Uno de estos proyectos es un espacio de trabajo conjunto llamado SOHO2 3Q, desarrollado por AIM Architecture en colaboración con SOHO, un desarrollador de edificios comerciales chino, y su marca 3Q es una plataforma de trabajo que tiene como finalidad abastecer a una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas que prefieren alquilar espacios de oficinas por semana, meses o pocos años, en lugar de firmar contratos de arrendamiento a largo plazo. Para ello, 3Q ha abierto unos 30 espacios en todo el país, muchos de ellos construidos para este propósito.

En esta línea de negocio, SOHO se dio cuenta de que un espacio con 25.000 m2 de espacio en vacío, que era lo que ofrecía un antiguo centro comercial, ahora en desuso, podría ser justo lo que necesitaban, para dar un impulso a este modelo de negocio. “SOHO se acercó a AIM con un desafío: imaginar un centro comercial como un nuevo tipo de oficina”, señalan en la página web de AIM Architecture.

El reto era grande, y AIM decidió apostar por hacer de este proyecto algo innovador lejos de cualquier convencionalidad. “La primera consideración fue el enfoque. AIM decidió que tenía que ser audaz. Los colores fuertes y los patrones fuertes agregarían vida al centro comercial a menudo monótono”.

Del mismo modo, se esperaba que el proyecto ofreciera una imagen de solvencia y seriedad, motivo por el cual se dirigió a satisfacer las necesidades de un público muy exigente.

“El espacio sería utilizado por emprendedores ambiciosos, nuevas empresas y empresas no vinculadas a modelos antiguos. Los jefes buscan más que una ventana de esquina en una torre de cristal. En cierto sentido, el proyecto nos reflejó: no era convencional. La reprogramación de un espacio comercial planteó preguntas sobre el uso del espacio en nuestras ciudades, cómo funciona la interacción y cómo fomentar las comunidades. Esta generación de trabajadores no estaba contenta con un cubículo. Un punto discutible, realmente, ya que llenar el espacio masivo habría requerido todos los cubículos en Beijing. AIM tendría que poner ese pensamiento de lado”, agrega. 

Los obstáculos se resolvieron de una forma creativa, tratando de superar las limitaciones que un diseño en principio dirigido a servir como centro comercial. “Desde esta perspectiva, las limitaciones del diseño minorista existente se convirtieron en oportunidades: donde un centro comercial diría pasillo, AIM podría decir isla, un lugar natural para reunirse mientras usa las cocinas caseras o se sienta en la mesa común.

Otro reto que hubo que superar fue la existencia de dos grandes atrios, que permitían la entrada de luz, pero que, al mismo tiempo, podían poner en riesgo la tranquilidad buscada. La solución se encontró en una escalera de roble de gran tamaño, que se derramaba desde la entrada al piso del sótano. “La pendiente de las escaleras enmarca el espacio como un lugar para conferencias o eventos, transformando un área destinada al consumo personal en una destinada al desarrollo de la comunidad. Un segundo atrio le permitió a AIM reimaginar el mundo construido como una comunidad natural, literalmente. En The Park, la gran extensión se reduce a la escala humana, con stands de salas de reuniones de bambú y vidrio en vivo que evocan los invernaderos del patio trasero ".

Es muy probable que este tipo de ideas se extiendan, en especial en aquellos países que apuestan por fórmulas empresariales y de emprendimiento nuevas. Una dirección que si se toma de forma correcta, puede no solo ser un impulso para las economías, sino darle un nuevo uso, más adecuada a la realidad económica del momento a grandes estructuras que, de otro modo, no ofrecerían ningún valor.

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