'Hackeos domésticos': Cómo dividir un dormitorio infantil... y que se convierta en dos

No hablamos del milagro de los panes y los peces, pero sí de una solución sencilla y económica para transformar un único espacio, en este caso una habitación infantil, en dos habitaciones. Así, todos contentos.

Nuevo miembro en la familia y no, no nos referimos al gato: a todas luces hoy un hijo no viene con un pan debajo del brazo (aunque sea una tremenda alegría), sino que además te tocará adaptar tu pequeña casa (coqueta en los portales inmobiliarios) porque de repente, ¡sois uno más!

Y esto, cuando se tienen pocos m2, no es fácil: hay que darles vueltas al tema para conseguir la mejor solución posible. Y si es económica, mejor. Mientras el recién llegado sea pequeño, te vas adaptando, pero llegará un momento, más pronto que tarde, en que necesitará su propio espacio. Por eso te proponemos una solución.

“Si tenemos dos habitaciones de pequeñas dimensiones o incluso una grande donde queramos sacar el dormitorio de nuestros hijos, os proponemos una solución usada en colegios mayores y que puede llegar a nuestros hogares. Se trata de hacer una litera pero no tal y como la conocemos, sino que cada cama tiene un acceso independiente. Tendremos que hacer una estructura metálica que luego revestimos con paneles de madera y aislamiento acústico cuando sea posible”, comenta Pablo García, de Atrezo Arquitectos. 

¿El objetivo? Que dicha estructura tenga la misma función que un tabique, pero dotando a esa separación de espacios útiles, como son las propias camas y armarios: “De esta forma, aparte de liberar espacio, conseguimos que la distribución de ambas estancias sea más sencilla”, dice.

Fíjate en las imágenes: originalmente se trata de dos habitaciones de 6,90 m2 y 5,10 m2 útiles, es decir, suelo por dónde podemos andar.

Fuente: Atrezo Arquitectos

Fuente: Atrezo Arquitectos

Sin embargo, tras diseñar el espacio de esta manera tenemos dos dormitorios de 7,50 m2 y 5,70 m2 útiles. Ganamos metros y funcionalidad. Además podemos introducir un escritorio de 1,50  metros. A veces no se nos ocurre cómo aprovechar los espacios pequeños y la solución es más sencilla de lo que parece, como es el caso… “Como decía Elssie de Wolfe, no existe una casa tan mala que no pueda convertirse en algo que merezca la pena", finaliza García.