
El acero inoxidable pulido y el níquel han sido dos de los metales más utilizados en la casa. Su pureza permite dar un toque de distinción y limpieza a los espacios. Sin embargo, en los últimos años otra tendencia se está imponiendo: el metal martillado. El efecto que se consigue con una técnica propia de la orfebrería, hace que la casa sea un lugar más acogedor al tiempo que disimula las imperfecciones o daños que puedan sufrir estas superficies



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