
La Real Fábrica de Tapices alberga una exposición artística que mezcla historia y modernidad. Se trata de "Lo que fuimos y lo que seremos", el último proyecto del artista italiano Gianluca Lattuada.
La exposición, que cuenta con la colaboración del Istituto Italiano di Cultura de Madrid y el Comité de los Italianos en el Extranjero (ComItEs Madrid), abrió sus puertas el pasado 10 de septiembre y estará abierta hasta el día 30 de este mes, cuenta con 23 obras realizadas en diferentes técnicas y formatos: composiciones textiles creadas a partir de fragmentos de alfombras antiguas, pinturas sobre lienzo, intervenciones sobre papeles preparatorios de la Real Fábrica y esculturas en resina con lana cortada a mano. Todo con el objetivo de fusionar el arte contemporáneo con las obras histórica que alberga la Real Fábrica de Tapices.
"La materia heredada se convierte en arquitectura de lo nuevo, y lo nuevo, a su vez, reinterpreta lo heredado, produciendo una reflexión más amplia sobre la continuidad de los lenguajes, la metamorfosis de la materia y la imposibilidad de separar radicalmente pasado y presente", asegura Gianluca Lattuada.

Durante los tres meses que ha durado su residencia en la Real Fábrica de Tapices para preparar la exposición, Gianluca Lattuada se adentró en los procesos históricos de creación textil, que tradicionalmente partían del boceto del artista para llegar al tapiz terminado, aunque Lattuada ha invertido ese recorrido: en lugar de partir del dibujo preparatorio, su propuesta ha sido comenzar desde los propios fragmentos de alfombras históricas, como las procedentes del Congreso de los Diputados y del famoso edificio Metrópolis de la Gran Vía madrileña.
Partiendo de retales de alfombras, tapices y lanas del taller de la Real Fábrica de Tapices, sus obras desembocan en arte abstracto geométrico de diferentes formas que están relacionadas entre sí.

Así, Lattuada lleva la economía circular al mundo del arte, ya que cada obra potencia el fragmento original y lo transforma en una pieza nueva. “El residuo no debe entenderse como un desecho, sino como un archivo vivo: fragmentos de memoria que, al transformarse en forma y color, revelan que el pasado no se extingue, sino que sigue habitando el presente, abriéndose a nuevas posibilidades de sentido y de belleza", explica el artista.

Además de dar una nueva vida a los textiles históricos, el proyecto también crea víncules entre el arte contemporáneo y la artesanía. De hecho, los gestos manuales de los artesanos -el corte de un hilo, la preparación de un papel cuadriculado, la selección de un color...- han sido una fuente de inspiración para el artista.

Junto a los colores, texturas y geometrías de las alfombras y los tapices, Lattuada asegura que las más de 40 personas que trabajan día a día en la Real Fábrica de Tapices le han llevado a conocer lo que califica un nuevo mundo: "el arte textil y las personas que encuentro aquí en la fabricación y restauración, que son artistas al final y que crean obras de arte que son alfombras y tapices. Estar en contacto con todas estas personas, poder hablar con ellas e inspirarme en todo lo que veo aquí ha sido muy importante para el proceso de creación”, comenta el artista.
“Madrid es la ciudad en Europa con más energía y movimiento artístico”
Gianluca Lattuada recibió a idealista/news durante sus trabajos previos a la exposición. Durante la entrevista, defendió la puesta en escena de su trabajo en en la Real Fábrica de Tapices, que “es una referencia europea y mundial en la fabricación y restauración de tapices y alfombras, con una historia de 300 años y que todavía tiene una parte viva de producción y de restauración, por lo que es un espacio creativo activo”.

El artista italiano, que lleva cuatro años viviendo en Madrid, asegura que las dos características que más le gustan de la ciudad son, por un lado, que es uno de los centros más importantes de arte contemporáneo en Europa, con un movimiento de galerías y de instituciones que están invirtiendo mucho en la promoción artística; y, por otro, la calidad de vida.
“Creo que hoy es la mejor ciudad para un artista. Puedes encontrar instituciones y galerías para cualquier tipología de arte. Hay mucho movimiento, sobre todo entre artistas, y puedes encontrar artistas internacionales con los que crear amistades y contactos muy bonitos que pueden durar tiempo”, opina el artista milanés.

De su residencia madrileña, lo que más le gusta es tener una casa de estudio en el centro para vivir la ciudad. “He preferido tener una casa en Malasaña, un barrio con mucha historia y conectado con todo el movimiento artístico que ha surgido en los últimos 30 años y esto me permite trabajar y vivir la ciudad al mismo tiempo y a diario”, detalla el pintor. En cambio, su casa en Milán tiene una función diferente: es donde conecta y se reúne con su familia varias veces al año.
La importancia del arte en el hogar
Lattuada asegura que la pintura es su vida y el mejor medio con el que expresar su creatividad, y defiende la importancia de un cuadro a la hora de dar vida a los espacios.
“Creo que un cuadro en una casa no solo es para llenar un hueco, sino para activar un espacio. En realidad, muchos cuadros a lo largo de la historia han sido creados para iglesias o las casas de los mecenas. Para mí, es importante pensar que los cuadros que hago al final van a quedarse en casa de alguien y que van a ser objetos vivos, no son solamente decoración”, comenta el artista, quien añade que lo bonito del arte es que “no hay un gusto universal”, sino que “para cada cuadro hay una persona que le gusta”.

El consejo que da a la hora de elegir una obra de arte contemporáneo para una casa es seguir a diferentes artistas a través de las redes sociales para estar al día de sus trabajos y exposiciones, e ir físicamente a las galerías de los que más nos llaman la atención para conocer de primera mano su pensamiento y energía. Una vez allí, la clave es elegir aquella pieza que nos despierta un sentimiento que no se puede explicar. Eso significa que “esa obra es para ti, porque te ha pasado algo con ella que no te ha pasado con otra”, según Gianluca Lattuada.
En su caso, afirma que sus trabajos gustan a todo tipo de personas y que “no hay un 'target' específico”. Y añade que “enfrentarse a una obra es algo muy íntimo y personal. Y si a una persona le sucede algo estando contemplando una obra, la obra ha funcionado”.

Junto a las obras de arte, el pintor asegura que en una casa no pueden faltar otros elementos como la luz natural, que permite cambiar el ambiente de las estancias en función del momento del día; el espacio en sí mismo o la naturaleza, ya sea un jardín, una terraza o plantas en el interior.

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