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Emilio Ontiveros es un hombre preocupado. Este catedrático de la Universidad Autónoma y fundador de Analistas Financieros Internacionales (AFI), no se cree el escenario optimista planteado por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para 2016 y tiene dudas sobre cómo afectará a la salud económica del país la incertidumbre generada tras las elecciones catalanas… “y lo que suceda en las generales”.

Sin embargo, lo que más le preocupa es que no hayamos aprovechado los años de la crisis para cambiar en mayor medida los motores de crecimiento de nuestra economía “que siguen siendo los mismos que antes: el turismo, la construcción y el sector servicios”. 

Ontiveros explica con el sosiego del profesor que ya se sabe la lección que, sacrificando la innovación, la educación y el empleo de calidad, las buenas perspectivas económicas que hay actualmente pueden ser simplemente un efecto rebote de una economía. “Partía de un punto tan bajo que era casi imposible caer más. La economía española ha sido una de las más castigadas y en más flancos”, afirma.

Durante una entrevista con idealista/news, el veterano economista ha asegurado que “firmaría” que la economía de nuestro país creciese al 2,5% durante los próximos 10 años “siempre y cuando la calidad del empleo creado fuera algo superior”. 

Además, para el presidente de AFI es clave que la mejora real de la economía se traslade de los informes macroeconómicos a las familias a través de una mejora en los salarios. Esa sería la única fórmula con la que se estimularía el consumo interno y se generaría un crecimiento “importante y autónomo”.

En cuanto al mercado inmobiliario, Ontiveros sí atisba una cierta recuperación aunque descarta una nueva burbuja, al menos a corto plazo, porque “la renta de las familias no está creciendo y la financiación está más medida”. Por eso apuesta por un claro avance del mercado del alquiler liderado por los jóvenes. Ontiveros lo tiene claro: “hay que acabar con el yo no me caso o me voy de casa de mis padres hasta que sea propietario de una vivienda”.  

¿Se cree las previsiones económicas del Gobierno?
En los Presupuestos Generales del Estado para 2016 se ha hecho un ejercicio de menor realismo que lo que se venía haciendo los años anteriores. Esto tiene dos justificaciones: el clima electoral y la premura por aprobarlos a principios de agosto. El cuadro macroeconómico con el que se han elaborado corresponde a junio, y desde entonces han pasado cosas en el entorno internacional que han modificado las condiciones de estabilidad financiera. De hecho, los organismos internacionales prevén una caída del crecimiento para el año que viene y advierten de una seria dificultad para que llevemos la tasa de paro por debajo del 19% antes del 2020. 

Hablas de la incertidumbre generada por China… 
Desde que se aprobaron los Presupuestos, hay muchas hipótesis de partida que se han movido, entre ellas el protagonismo asignado a la economía china, que representa el 14% del PIB mundial. No sabemos si va a crecer al 7%, al 6% o al 4%, como dicen algunos economistas, y cuál es el potencial de contagio de los episodios de inestabilidad financiera, y algún susto ya hemos tenido en agosto. Ha habido una pérdida de riqueza financiera muy importante, que condiciona los estados de ánimo a la hora de tomar decisiones de inversión. Hay economías emergentes muy dependientes de China que están sufriendo más de lo que creíamos como Rusia, Sudáfrica, Colombia o Brasil, donde España tiene mucho invertido. 

Y para empeorar la situación surge la crisis de los refugiados.
En el mejor de los casos constituye un factor de distracción para las instituciones europeas. Empezando por el presidente de la Comisión Europea, [Jean-Claude] Junker, que debería haber estado centrado en fortalecer el crecimiento y la inversión. Sin embargo, ahora el plan de inversión ha pasado a un segundo plano y su principal preocupación es gestionar una crisis sin precedentes, independientemente de los costes específicos que tenga la crisis, que también los va a tener.

Es decir, el horizonte económico no es tan optimista como se nos han hecho creer.
Lo razonable es que empecemos a tener una cierta ralentización del crecimiento. Yo firmaría crecer al 2,5% en los próximos 10 años, siempre y cuando la calidad del empleo creado fuera algo superior. Los analistas hemos simplificado demasiado al considerar como positivas unas cifras de creación de empleo que cuando se traducen en términos de empleos a tiempo completo o en rentas de las familias, no son tan espectaculares.

¿Por qué? 
Así es imposible cumplir con dos condiciones básicas para que la economía española garantice un crecimiento sostenible: reducir las deudas y que el consumo de bienes duraderos sea más expansivo. A pesar del esfuerzo de desapalancamiento que han hecho familias y empresas, todavía tenemos niveles de endeudamiento privado muy elevados. Además, la gente no cambia el tresillo porque un miembro de la familia haya encontrado trabajo si este empleo está rodeado de unas circunstancias de precariedad o de baja renta. Estas circunstancias no animan a ver un crecimiento importante y autónomo, sino una ralentización en el ritmo de crecimiento.

Emilio Ontiveros: “La vivienda en propiedad sigue siendo un fetiche cultural y casi religioso”
idealista/news

Eso quiere decir que la mejora económica no ha llegado aún a la gente de a pie.
Esta recuperación es la más asimétrica de cuantas hemos tenido: la macroeconomía dice unas cosas y el estado de ánimo, la percepción de la gente, otras muy distintas. Eso tiene dos explicaciones. Una, el escepticismo, e incluso desconfianza, que la gente tiene sobre la solidez de la recuperación. En segundo lugar, y muy importante, hay que hacer una diferenciación clara entre el crecimiento del PIB o de los beneficios empresariales y el crecimiento de las rentas de la mayoría de la población. 

Claro, los políticos hablan de recuperación y la gente se enfada…
Tener una tasa de desempleo en torno al 20%, aunque la hayamos reducido, no invita a tirar cohetes, a que en la calle haya una gran confianza. Hay un importante contingente de familias españolas en las que ya no entra ningún tipo de inyección económica en forma de protección por desempleo. Si las rentas han caído, el contingente de paro es elevado y el que ha encontrado empleo no puede garantizar que lo va a tener durante mucho tiempo, lo razonable es que la familia de renta media o media-baja no esté muy confiada.

Y esto, ¿cómo puede afectar en un año electoral? 
Cuanto más se intensifique el triunfalismo, mayor puede ser la desconfianza de la gente. Si se sale a la calle diciendo que esto va de maravilla y que la economía española está creciendo por encima del 3%, la gente va a tomar más distancia sobre el discurso macroeconómico y sobre los propios políticos. Hasta que no veamos claramente un crecimiento en la calidad del empleo y una cierta traslación a rentas, sobre todo a las que más han sufrido, va a ser difícil que se cierre esa brecha entre el discurso de los políticos y el escepticismo de la gente.  

Un final de año apasionante el que tenemos por delante.
Tenemos tres meses singularísimos en nuestro país. Sobre la mesa de las elecciones de Cataluña ha estado la consideración de la eventual segregación del 20% del PIB de la economía española. Hasta ahora los mercados financieros han estado tranquilos. Además, hay unas elecciones generales en las que por primera vez en la historia de la democracia española vamos a tener un parlamento muy fragmentado, sin facilidad para que haya mayorías absolutas y sin que todavía esté claro cuáles van a ser las alianzas relevantes para formar Gobierno. 

¿Eso puede echar atrás a muchos inversores internacionales?
Un parlamento fragmentado no tiene por qué ser malo, pero desde el punto de vista de la toma de decisiones de inversión tanto españolas como extranjeras se percibe siempre con un punto de incertidumbre y cautela. Los inversores extranjeros se plantean si los políticos españoles van a ser capaces de llegar a algún tipo de acuerdo para asentar el ritmo de crecimiento y al mismo tiempo gestionar problemas que no tenían antes, como el de Cataluña. 

Emilio Ontiveros: “La vivienda en propiedad sigue siendo un fetiche cultural y casi religioso”
idealista/news

Y la vivienda, ¿qué perspectivas tiene?
La purga sectorial que se ha sufrido ha sido muy intensa y lo razonable es que hubiera un cierto rebote porque las caídas de precio han sido muy considerables. Si a eso le añades la propensión de determinados agentes –como la Sareb o los bancos– a ofertar stock de vivienda, es comprensible un cierto repunte de la demanda y los precios. Hay lugares en los que el stock no era elevado, la erosión de renta no fue grande y, además, la evolución demográfica ha favoreciendo un repunte en precios.

¿Volverán los excesos?
No vamos a asistir a grandes saltos en precios porque no formaría parte de lo razonable. El mercado de la vivienda ha demostrado ser muy flexible. En España llegó a haber más de 80.000 promotoras inmobiliarias. Uno no era nadie si después de la comida no creaba una promotora. Teníamos un sector que antes de la crisis suponía el 13% del valor añadido bruto y del empleo y que en 2007 representaba en España el doble de la media europea en términos de PIB, pero también era el doble de lo que había representado en la crisis inmobiliaria del 92-93, como si no hubiésemos escarmentado. 

Entonces, ¿es momento de comprar o alquilar?
El único elemento que invita a plantearse la adquisición de vivienda son los tipos de interés bajos, pero con un planteamiento inversor y no como solución habitacional. La rentabilidad de los activos de contraste a la vivienda está por los suelos y eso ha hecho que haya recuperado su atractivo como vehículo de inversión para personas que lo vean como una alternativa a un plan de pensiones de cara a la jubilación. El alquiler va a tener cada vez mayor protagonismo relativo en el mercado de la vivienda. Además, existe una presunción de que el mercado del alquiler va a contar con mayor apoyo institucional, mientras que la compra no va a encontrar incentivos como los de antaño. Eso no quiere decir que por la vía de la inversión vayamos a absorber todo el stock de viviendas vacías o amparar un ritmo de crecimiento como el de 2007. 

¿Y las socimi?
Todo lo que sea facilitar la existencia de instrumentos financieros para canalizar ahorro e inversión hacia un sector como el inmobiliario no me parece mal. Quizá uno de los factores de mayor trascendencia que ha tenido la crisis inmobiliaria en nuestro país es que la vivienda estaba mucho más democratizada, por desgracia. El 80% de la riqueza del 80% de las familias es vivienda y colateralizada con el sistema bancario, en la economía más bancarizada del mundo. Otros inversores no tenían protagonismo. Para lo que ha servido esta crisis es para tratar de potenciar vehículos, como las socimi, que puedan dispersar el riesgo entre los agentes. 

¿Qué es necesario para que despunte definitivamente el mercado del alquiler?
España todavía tiene un problema cultural muy arraigado en relación a la vivienda. Se está suavizando pero todavía la vivienda sigue siendo un fetiche cultural y casi religioso. Todavía uno no es nadie si no tiene una vivienda propia, con los inconvenientes que eso conlleva en aspectos como la movilidad geográfica o las decisiones de vida en común. En España hemos tenido desgravación fiscal para la compra de la primera y la segunda vivienda. Quizá ahora hay que plantearse mayores incentivos para favorecer el alquiler. Mejoraría el tratamiento del alquiler a las rentas medias y bajas, y no penalizaría a las empresas que se planteasen la reconversión hacia la puesta en alquiler de parques de viviendas desocupadas. Hay que hacer una transición, además de cultural, fiscal y económica, y esta transición debe estar liderada por el segmento juvenil.

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22 Comentarios:

lorenzobassi
8 Octubre 2015, 10:41

El gobierno español nos quiere vender que ha echo grandes reformas estructurales, que vamos por el buen camino y que nos estamos recuperando.

La realidad que uno percibe en la calle es justo lo contrario. Seguimos teniendo: un vergonzoso número de parados, una alarmante precariedad laboral .con salarios de miseria, un continuo intento de abuso en el mercado inmobiliario de los propietarios, una deuda inasumible, con un déficit público constante y un estado del bienestar que cada vez es más costoso.

Aun así según el gobierno todo va viento en popa. Que envidía tener tanta desfachatez.

Mi percepción de la realidad económica de España es que la economía esta paralizada

Mientras los informados se van quitado el lastre burbujil , y al pueblo les venden una recuperacion que ni se vé ni se la espera.

El paro registrado en Madrid aumenta en septiembre 2.290 desempleados:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/10/02/madrid/1443795224_919685.html

chancletero
8 Octubre 2015, 11:25

la manera de fomentar el alquier, consiste en precarizar al pueblo, para que no tengan musculo financiero como para afrontar una compra (pagar entrada + solvencia a largo plazo, de concesion de hipoteca). y vaya si lo estan consiguiendo.

los jóvenes muchas veces son incapaces de ahorrar por su estilo de vida ., con 30 años en casa de papa y mama y sin 30000 euros ahorrados para entrada de piso, nos vamos a un mercado de alquiler al 40-50%

"Unos y otros, todos, miramos, sin embargo hacia otro lado, esperando volver al punto de retorno del Estado de Bienestar, porque las proclamas políticas, siempre en busca de votos, siempre tratando de no perder la poltrona, así lo anuncian y prometen por la megafonía de los medios hablados y escritos. Promesas vacías. Promesas que no se cumplirán..."

España lidera los países más “miserables”

el llamado dramáticamente "Misery Index" del economista Arthur Okun,
que suma la tasas de desempleo e inflación de un país.

Cuanto mayor sea el número, más "miserable" es el país .
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/espana_lidera_los_paises_mas_…

miguefote
8 Octubre 2015, 13:15

El sentido común dice que, cuando te vienen vacas flacas, echas mano de lo que has almacenado durante las vacas gordas. La economía española ha sido
muy buena construyendo.
Pero el caso es que LA VIVIENDA ABUNDANTE NO ESTÁ SIRVIENDO PARA DARLE YA AIRE AL TRABAJO & EMPRESA, sino exactamente para lo contrario.

Es un carísimo peso muerto que ahora exige una idiotez: que la vivienda no sirva para vivir, sino para sufrir y "ahorrar", es decir, "invertir", no vaya a ser que se desembalse la demanda de alojamiento y nos quedemos sin la gran coartada para justificar el mantenimiento del nivel de precios estrambótico al que pretenden propietarios adictos.

Solo se quiere que membrillos y pobretones se separen de su dinero (¿hay tantos?, lo dudo)

En dos palabras: El Pisito, que es pobreza en sí, llama de nuevo a la gran pobreza .
http://observatorioinmobiliario.es/Blog/wp-content/uploads/2015/09/perf…

dicconpesi
8 Octubre 2015, 13:21

No es que sea fetiche, religión, etc etc etc

Es que si no tengo piso en propiedad, mientras pueda pagar una hipoteca equivalente a lo que pagaría por el mismo de alquiler, es que soy bobo.

Y sobre todo, cuando me jubile que?? Voy a poder pagar un alquiler?? Me sobraría algo para comer???

La cuestión es saber cuando comprar si puedes hacerlo (siiiii puedes).

Por ejemplo ahora es buen momento (incluso ya es un poco tarde, siiiii puedes). Todos sabemos que cuando empiece otra vez el rock and roll con el mantra de compro pues se que el año que viene lo vendo por más, siempre hay algunos, que se quedan pillados.

Cuidadín chiquillos. Como caigáis en la trampa y compréis en mal momento, acabaréis siendo comentaristas resentidos de idealista para purgar heridas y demás exorcismos. Vease rojelios y demás intelectualoides de corta/pega.

maría
8 Octubre 2015, 13:47

tal vez si la cuota del alquiler costara menos que la de la hipóteca, lo cual es absurdo, dejaría de ser un fetiche/cosa religiosa

Jordi
8 Octubre 2015, 15:48

La cuota del alquiler sólo cuesta igual que la de la hipoteca si das una buena entrada o con los tipos de interés muy bajos.
Por ejemplo, un piso de 100.000€, con gastos de compra 112.000€, hipoteca a 30 años con interés del 4% 535€/mes. A esto has de sumar gastos de comunidad, IBI, seguro y reformas, así que fácilmente te vas a más de 600€/mes.
Un piso de 100.000€ se debería alquilar por 416€/mes (5% anual de rentabilidad) o 500 (6%).

Lo que pasa que mucha gente en vez de alquilar el mismo piso que compraría lo que hace es alquilar uno más caro.

y si contratas una hipoteca de 100.000 euros, al cabo de 30 años, con un tipo historico MEDIO del euribor (3.5% + diferencial 1%) sabes cuanto vas a pagar por el piso al banco en vez de 100.000? 191.000. CASI EL DOBLE!!!

si no me creen busquen en google por calculadoras simuladoras de hipoteca. o en idealista mismo. Que calculen la couta total, eso si.

A esos 191.000 euros hay que sumarle gastos de comunidad, seguro e ibi (más o menos 23000), aparte reformas y resposición de mobiliario y electrodomésticos (no menos de 30.000), con lo que la cuenta se va a 244.000. Por contra, si te quedas de alquiler todo ese tiempo, a un precio de 450 euros de media, pagas en total 162.000. O sea, una diferencia de 82.000 euros, que es lo que gastaría menos el que alquila que el que vende. Pero dinero y más lo obtendría el propietario de la vivienda si la vende al final de la hipoteca, con el cual podría financiarse sin duda alguna una cómoda jubilación y el alquiler de una vivienda desde ese momento. Sin embargo, el que vive de alquiler todos esos años, difícilmente va a ser capaz de ahorrar ese capital para financiarse la misma jubilación que el propietario.

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