El Banco de Inglaterra fijó una nueva subida de un cuarto de punto en los tipos, que pasaron de 4,5% a 4,75%. La medida tiene como objeto frenar la solicitud masiva de préstamos personales, que preocupa a muchos analistas financieros por un posible aumento de la morosidad. Además es previsible que no sea la última subida por este año. Analistas como el economista jefe de KPMG, Andrew Smith, consideran que "la tasa de interés va a llegar al 5% ó 5,5% a finales de año, como está previsto". No obstante, el Banco de Inglaterra también ha encontrado señales alentadoras que han frenado un aumento mayor: la desaceleración del denominado boom del mercado de las propiedades
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