Pongámonos en situación: María, una mujer de mediana edad, se encuentra en una situación en la que se le está haciendo muy complicado hacer frente a los pagos. Su negocio, una pequeña tienda de ropa, ha ido perdiendo clientes en los últimos años debido a la crisis económica y a la competencia de las grandes empresas. Para evitar echar el cierre, María ha tenido que pedir préstamos para poder mantener su negocio, pero ya no puede hacer frente a las cuotas. Ante ella, se abre el escenario de perder su negocio y su fuente de ingresos, y la preocupación sobre su futuro. Pero hoy en día puede declararse insolvente e intentar mantener su negocio a salvo.