Unos okupas aceptan abandonar una vivienda en Pontevedra pero con una condición: un taxi gratuito

La okupación vuelve a estar en el foco de la polémica tras lo sucedido en la pequeña localidad gallega de Combarro (Pontevedra), donde el vecindario se ha unido para expulsar a una pareja que había ocupado ilegalmente una residencia valorada en 250.000 euros.

Lo que más ha sorprendido es que, tras la insistencia vecinal, los okupas accedieron a abandonar la vivienda, sin embargo, impusieron una condición: un servicio de taxi gratuito para trasladarse a la estación de autobuses de Pontevedra.

El caso comenzó a principios de año, cuando la pareja se instaló sin permiso en una vivienda vacía, cerrando puertas y cambiando cerraduras para evitar el acceso de los propietarios. La indignación creció rápidamente en la zona, donde la okupación de inmuebles, especialmente en pequeños municipios, es un fenómeno cada vez más frecuente.

Medio centenar de vecinos y hasta el propio alcalde, Ángel Moldes, según La Voz de Galicia, se congregaron ante la casa para exigir que se pusiera fin a la okupación. La intervención vecinal resultó clave para que, en apenas cuatro días, se lograra el desalojo sin necesidad de acudir a un proceso judicial, que podría haberse prolongado durante meses e incluso años.

Como argumento, la mujer implicada ha relatado que llevaba un año viviendo en una furgoneta junto a su familia, tras perder su empleo por una lesión y no poder afrontar el alquiler. Además, ha asegurado que su hijo tiene esclerosis y necesita una silla de ruedas, lo que dificulta aún más su situación.

Este episodio vuelve a encender la alarma sobre la okupación en Galicia, donde muchas pequeñas localidades se están enfrentando a este problema. La colaboración de los vecinos y la presión social han sido determinantes para cerrar el caso de Combarro en tiempo récord, demostrando que la unión puede marcar la diferencia en conflictos de esta naturaleza.