La fiscalía de Madrid quiere sentar en el banquillo y acusarle de supuestos delitos de negociaciones prohibidas a funcionarios y tráfico de influencias a Leopoldo arnaiz aguren, arquitecto asesor del planteamiento urbanístico de boadilla del monte. Según el escrito de la fiscalía, arnaiz engañó a los propietarios de suelo sobre el que hoy se construye la ciudad financiera promovida por el banco santander central hispano. Presuntamente, arnaiz les aseguró que los terrenos permanecerían siendo rústicos y como tal se los compró a un precio inferior de su valor. Más tarde esos terrenos fueron recalificados
En junio de 1997 arnaiz, que era el arquitecto asesor del planeamiento urbanístico del sector sur de boadilla, elevó al pleno un avance del planeamiento. En este documento los terrenos donde hoy se construye la ciudad financiera figuraban como rústicos. El 23 de julio de 1997 se reunió con los dueños de los terrenos y les dijo que los mismos seguirían "como reserva municipal". Se habló entonces de levantar sobre ellos un cementerio y repoblarlos de masa forestal. Posteriormente, testaferros de arnaiz compraron los terrenos por 24 euros el metro cuadrado, cuando en realidad cada metro edificable y sin urbanizar valía 270 euros, según documentos del propio banco que obran en la causa
Después, en noviembre de 1997, arnaiz pidió al ayuntamiento, con éxito, que retrasase cuatro meses la aprobación inicial del planeamiento. Aprovechó ese tiempo para variar la catalogación de ese suelo y convertirlo en urbanizable. Es entonces cuando el bsch elevó a escritura pública los contratos de compraventa
La audiencia de Madrid ha exonerado de responsabilidad en esta trama a la entidad bancaria
En junio de 1997 arnaiz, que era el arquitecto asesor del planeamiento urbanístico del sector sur de boadilla, elevó al pleno un avance del planeamiento. En este documento los terrenos donde hoy se construye la ciudad financiera figuraban como rústicos. El 23 de julio de 1997 se reunió con los dueños de los terrenos y les dijo que los mismos seguirían "como reserva municipal". Se habló entonces de levantar sobre ellos un cementerio y repoblarlos de masa forestal. Posteriormente, testaferros de arnaiz compraron los terrenos por 24 euros el metro cuadrado, cuando en realidad cada metro edificable y sin urbanizar valía 270 euros, según documentos del propio banco que obran en la causa
Después, en noviembre de 1997, arnaiz pidió al ayuntamiento, con éxito, que retrasase cuatro meses la aprobación inicial del planeamiento. Aprovechó ese tiempo para variar la catalogación de ese suelo y convertirlo en urbanizable. Es entonces cuando el bsch elevó a escritura pública los contratos de compraventa
La audiencia de Madrid ha exonerado de responsabilidad en esta trama a la entidad bancaria
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