En la provincia de Alberta (Canadá) se esconde un refugio en medio de las Montañas Rocosas llamado Moraine Lake Lodge. Este hotel fue construido hace 20 años con el objetivo de convertirse en un ‘oasis’ en el que escapar del mundanal ruido de la ciudad. Una armonía con la naturaleza que también se traslada a la construcción, ya que se trata de un alojamiento autosuficiente.
Por ejemplo, el agua fresca procede de las montañas alpinas; el hotel genera su propia energía y además, aboga por la reutilización y el reciclaje de los materiales. Una obsesión por la naturaleza que no termina ahí.
Así, las habitaciones están inspiradas en los colores de inundan el valle y todas ofrecen vistas al lago Moraine. Entre los encantos del hotel destacan también las caminatas guiadas o los paseos en canoa.
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