En la frontera entre Italia y Suiza, en el corazón de los Alpes, se encuentra el afamado (y con razón), lago Maggiore “lago Mayor”. El segundo mayor lago de Italia por detrás del de Garda y uno de los más turísticos de la cordillera alpina por sus paisajes de ensueño y sus islas plagadas de historia y patrimonio. Con este aumento del turismo, sus orillas han visto crecer las ciudades y urbanizaciones. Sin embargo, muchos habitantes de la zona han preferido construir su segunda residencia en un lugar un poco más alejado de las concentraciones.
Y justo aquí, en este emplazamiento remoto se encuentra la llamada Casa Molinillo o Pinwheel, diseñada por el estudio de arquitectura milanés JM Architecture. Como explica Jacopo Mascheroni, fundador de JM Architecture, el cliente sólo tuvo una única petición: que la casa tuviera vistas tanto del cercano lago Mayor como de todos los valles alpinos que la rodean. Y así se hizo.
Con esta premisa, el equipo de arquitectura llegó a la solución de su característica forma, el pentágono. En palabras del propio Mascheroni: “Mientras explorábamos varias opciones de diseño para una casa compacta que cupiera en esta pequeña parcela, nos dimos cuenta de que las limitaciones del edificio y los requisitos del cliente daban como resultado la sencilla geometría de un pentágono”.
Sin embargo, también se pretendió crear un volumen en el que no destacaran unos vértices muy marcados. Por esa razón, las cinco esquinas se redondearon, suavizando la presencia del edificio e integrándolo en la continuidad del paisaje. Los únicos elementos que rompen esta continuidad son unas aletas perpendiculares situadas en cada ventana. Con estos remates, y con una vista cenital de la casa, ésta se asemeja a la forma de un molinillo, de ahí su nombre dado “pinwheel”.
La Pinwheel está revestida con paneles de hormigón blanco brillante. Este elegante acabado exterior también se corresponde con el interior, donde las paredes que separan las habitaciones de los espacios comunes, así como los armarios y los muebles de la cocina y de la vivienda, son blancos. Con este aspecto exterior y este tono blanco que tanto destaca en el paisaje, el estudio de arquitectura ha apodado a la casa como un canto rodado, un “guijarro blanco que yace en el paisaje, que encaja y destaca”.
Un pentágono en torno a un punto
El interior cuenta con dos plantas, una a ras del suelo y el sótano. Se comunican mediante una escalera situada en el epicentro de la casa, la cual cuenta con una claraboya que la ilumina con luz natural. Las escaleras dan acceso a una sala de cine y a unos espacios de almacenamiento situados en el sótano. Las escaleras, además de distribuir los espacios en altura, también los distribuye en planta. Todos los espacios de la planta principal giran alrededor de ella. Las zonas comunes, como la cocina y el salón, así como también el estudio, se han resuelto mediante un concepto abierto. Por otra parte, los dormitorios y los cuartos de baño, cerrados, flanquean casi tres de las alas del pentágono.
Las ventanas se sitúan en cuatro de los cinco lados de la casa. Ello proporciona a cada estancia unas vistas únicas y diferentes del paisaje que la rodea. El lago en uno de sus lados, los diversos cerros por todas. Estas aberturas de cristal están protegidas por unas aletas de aluminio para evitar el deslumbramiento.
Estructuralmente, todo el peso de la casa está soportado por el sótano de hormigón, cuyo armazón sostiene la estructura de la planta superior, realizada en madera de Pinwheel. Esta estructura es prefabricada para así, reducir el tiempo en la construcción y su mantenimiento. Ambos aspectos son sumamente importantes por la localización remota donde se ubica la casa.
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Muchas veces, el trabajo en equipo ofrece resultados maravillosos. Y si no, que se lo digan a la pareja de arquitectos Florian Baier y Nina Baier-Bischofberger, que pusieron sus habilidades y conocimientos en común para diseñar una casa con estructura prefabricada que a muchos nos gustaría tener.
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