Aunque se diga que ‘España sea el país con más bares por habitante de la Unión Europea’ o que ‘habrá crisis, pero las terrazas siguen llenas’, lo cierto es que el mercado de restauración español ha tardado siete años en sobreponerse a unas dificultades económicas. Por el camino, la crisis se han llevado por delante más de una quinta parte de un sector que emplea a 125.000 personas y supone més de un 0,6% del Producto Interior Bruto (PIB) español.
Tras crecer un 0,9% en 2014 y un 1,2% en lo que llevamos de año, la industria se encuentra en números similares a los de finales de 2013, con una facturación en torno a los 34.000 millones de euros anuales. El retorno a las cifras previas a la crisis será largo: veníamos de un mercado sobredimensionado tanto por la parte de la oferta, como por la demanda.
Durante estos años solo dos grupos de consumidores han sostenido su peso en el mercado: los “seniors” y los menores. Pero, incluso para los grupos más afectados por la crisis –los adultos en edad de trabajar– la tendencia de los últimos tiempos se ha tornado, ahora, positiva. Esta tendencia está ligada a la recuperación del empleo, que tiene impacto directo en el consumo de los asalariados en este momento concreto.
Ha habido un cambio de tendencia que los profesionales del sector notan tanto en la afluencia de clientes como en el gasto per cápita, “aunque con cierta timidez”, según ha explicado la Asociación de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem), durante la celebración de la sexta edición de las mesas redondas Restaurant Trends.
El almuerzo diario, el más beneficiado
La recuperación tiene impacto en el comportamiento y en la manera de consumir, el almuerzo de diario es un efecto directo. El ‘menú del día’ vuelve a plantar batalla al túpperware y en los restaurantes de las zonas de oficinas vuelve a ser complicado encontrar mesa a mediodía.
Los propietarios de los establecimientos vuelven a tener “picos de consumo” que no veían desde hace tiempo. Tras el auge de las promociones de precio de 2013 y 2014, volvemos a encontrarnos en una situación similar a la de hace 5 años. Eso sí, con una diferencia: ahora los consumidores se preocupan por buscar la opción más saludable.
Los consumidores españoles también se unen a la tendencia global de consumo sano, especialmente en el último año. Aunque la opción saludable solo supone el 2,5% sobre el total del consumo, se torna como factor clave a la hora de elegir el establecimiento en el que vamos a comer. De hecho, la calidad del producto se sitúa ya por encima del precio a la hora de decidir dónde vamos a comer.
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