La Gran Vía de Madrid está de estreno. El Ayuntamiento de Madrid ha ensanchado las aceras entre 2,6 y 3,4 metros, según el tramo. Es decir, se ha ganado 6.800 m2 de espacio peatonal. Además, la calzada de una de las vías más transitadas de la capital se ha reducido para el tráfico rodante: está compuesta por dos carriles de circulación por sentido, uno para transporte público y otro para coches y bicis.
Además, en el tramo entre Plaza de España y Callao hay un carril bici independiente en sentido subida. El consistorio ha instalado 143 bancos, construidos a base de granito, de madera, metal y tienen un diseño modular para adaptarse a distintos espacios.
Los semáforos también son nuevos: de las 95 unidades instaladas, hay 34 que se han diseñado exclusivamente para Gran Vía. Sus ópticas luminosas son igualitarias e inclusivas: aparecen dibujos de personas y parejas diversas.
El pavimento es de granito, color gris alba y negro ochavo. En las zonas ajardinadas es drenante, para que los árboles crezcan mejor. En toda la calle, el asfalto es fonoabsorbente, reduce el ruido del tráfico.
El Ayuntamiento ha plantado 89 árboles en Gran Vía: perales de flor, que dan flores blancas en primavera y se tiñen de amarillo en otoño. Son de bajo porte, dan sombra, pero no quitan visibilidad a los edificios. Además, hay jardineras con arbustos de diferentes colores.
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