El mercado inmobiliario de venta empieza a disfrutar de una cierta estabilización. Una mayor confianza y un mejor acceso a la financiación ha motivado no tanto al comprador extranjero como al local, que ha crecido sustancialmente. Pero el mercado del alquiler no le sigue el ritmo. Una falta de rotación y renovación del stock más la irrupción de los pisos turísticos ha incidido en la subida de precio, y de manera significativa en Barcelona. Eso es lo que desprende el último informe de mercado de Amat inmobiliaris.
Cuando hablan de normalización, o estabilización, Amat lo dice desde tres pilares básicos del mercado: la mejora del stock de vivienda disponible con la incorporación de nuevos proyectos, una demanda que ha recuperado la confianza y las facilidades para financiar y unos precios relativamente moderados que sustentan estos nuevos proyectos en el mercado. "Ahora vuelven a comprar viviendas sobre plano. Es una actitud del comprador, sobre todo local, que ayuda a reactivar la actividad de obra nueva", explica Guifré Amat, gerente de Amat inmobiliaris.
Los compradores extranjeros sigue siendo un grueso importante pero, a partir de los datos con los que cuenta Amat, su evolución se ha mantenido progresiva mientras que la vuelta del comprador local ha sido reveladora. "El local se ha centrado este pasado año, principalmente, en la obra nueva. Un tipo de compra casi exclusiva de cliente nacional", señaló Amat. Respecto a los compradores extranjeros, destacan egiptos, chinos y suizos.
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