‘Ciudad de Faraones’: la falsa ciudad egipcia escondida bajo las dunas de California

Hace más de 90 años el productor y cineasta Cecil B. DeMille sacó adelante una de las primera superproducciones ‘made in’ Hollywood, la versión muda de ‘Los Diez Mandamientos’. Con un presupuesto de 750.000 dólares –un ‘pastizal’, teniendo en cuenta que la película se rodó en 1923– DeMille levantó la después conocida como 'Ciudad de Faraones', una réplica a tamaño real de una ciudad imperial egipcia.

El escenario más grande hasta entonces realizado en Hollywood requirió el trabajo de 1.500 personas durante seis semanas. Cuando la obra terminó, la metrópoli egipcia contaba con un templo de 240 metros de largo y con un arco de entrada de 34 metros de altura, una estatua de Ramsés II de más de 10 metros y un paseo escoltado por 21 esfinges de cinco toneladas de peso.

Sin embargo, al terminar el rodaje de ‘Los Diez Mandamientos’, DeMille se encontró con el último obstáculo: ¿Qué hacemos con el escenario? Si algo tenía claro el cineasta era que debía desaparecer. La gran inversión realizada no permitía dejarla a la vista y que algún espabilado se adelantara al estreno. 

Dadas las dimensiones, desmontarlo de nuevo habría encarecido mucho el proyecto así que la opción de dinamitar y enterrar el escenario bajo 90 metros de arena parecía ser la mejor. Hoy la ‘Ciudad de Faraones’ está enterrada bajo las dunas de Guadalupe-Nipomo, al norte de Los Ángeles. 

De hecho, la localización exacta sigue siendo un dato reservado a un puñado de afortunados. En 1990, un director de cine y un arqueólogo estadounidenses localizaron los restos de la ciudad egipcia y en 2012 un equipo descubrió la cabeza de una de las esfinges. Dos años más tarde retomaron las tareas y dos esfinges fueron completamente descubiertas.

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