Cuando tu casa sale en una peli y arruina tu vida

¿Quién no ha soñado alguna vez con ser el invitado a una boda de la familia Corleone y visitar el hogar de los mafiosos más célebres de la historia del cine? Aunque asistir a esa ceremonia es una misión imposible, la casa donde se rodó de 'El padrino' sí existe en la realidad.

De hecho, salió a la venta el año pasado por un precio que sí podríamos rechazar, por mucho que Don Vito nos dijera lo contrario: 2,9 millones de dólares (unos 2,5 millones de euros). A sus antiguos dueños, los Norton, les hizo especialmente felices hace cuarenta años que la Paramount les comunicase su intención de rodar una película en su jardín.

Sin embargo, en algunos casos el rodaje de una cinta en una propiedad privada puede acabar haciendo la vida imposible a sus dueños. Es el caso del propietario de la casa de 'Los Goonies', que este año ha celebrado su trigésimo cumpleaños.

Harto de que cientos de fans visitaran su chalet para imitar delante de la valla el mítico "supermeneo" de Gordi y dejaran de propina botellas y colillas en los alrededores, especialmente tras el anuncio de que habrá una segunda parte, el dueño ha decidido tapar con una lona la vivienda. También ha dejado un cartel culpando del problema a las autoridades de Astoria, la localidad de Oregón donde se rodó el film.

El propio protagonista de la película, Sean Astin, ha pedido a través de Facebook respeto para los dueños de la casa, precisamente porque la cinta mostraba a unos niños que amaban tanto sus hogares que luchaban para protegerlos. ¿Le harán caso los fans?

Si el dueño de la casa que marcó nuestra infancia se queja de las botellas, la propietaria de otro famoso hogar de Albuquerque está harta de la comida italiana. Los amantes de la premiada serie 'Breaking Bad' seguro que recuerdan que Walter White lanzó una pizza con tan buena puntería que se quedó en su propio tejado.

Aunque la serie acabó hace casi dos años, los fans continúan acercándose a la casa e incluso lanzan sus propias pizzas para recrear la escena. "No hay nada original ni divertido ni genial en tirar una pizza al tejado de una señora", ha defendido Vince Gilligan, el creador de la aclamada serie.

Hay quien incluso llegan a odiar a la dueña de la vivienda en la ficción. Es el caso de los vecinos de Perry Street, la calle donde vivía la protagonista de 'Sexo en Nueva York'. Cansados de que decenas de fans se acercaran diariamente a la casa para fotografiarla hace años (un auténtico "infierno", según declaró un residente del barrio, y eso que todavía no se llevaban los 'selfies'), ahora Sarah Jessica Parker ha vuelto a las andadas.

La intérprete se ha desplazado a su hogar en la ficción que la lanzó al estrellato para ser fotografiada en sus famosas escaleras con el objetivo de promocionar su nueva línea de zapatos. En lugar de alegrarse, los vecinos han protestado por la presencia de la Carrie Bradshaw real e incluso aseguran que no pidió permiso al propietario de la vivienda para la sesión de fotos.

Menos quejicas son los propietarios de aquellos hogares que se hicieron famosos gracias a un actor que ha fallecido. El año pasado nos dejó a los 63 años Robin Williams, una de las estrellas más queridas de Hollywood. Tras su muerte, sus fans decidieron rendir un homenaje a su memoria en el que fuera su hogar en una de sus más icónicas películas, 'Señora Doubtfire'.

Decenas de seguidores dejaron notas y flores en la vivienda de San Francisco donde se rodó el film. Los fans escribieron incluso frases como 'Te quiero Robin' en las piedras, las hojas de los árboles o las aceras.

Aunque su dueño no se manifestó en contra (al fin y al cabo, nadie se atrevería a criticar a alguien que está de luto), suponemos que a un hombre de casi 80 años no le hizo ninguna gracia que su casa se convirtiera en un velatorio.

Eso sí, cabe destacar que el propietario guarda una estrecha relación con la propia trama de la película: en el film Williams se hacía pasar por una adorable anciana y en la realidad el propietario es un prestigioso cirujano plástico especializado en retocar las caras de hombres y mujeres transexuales. Su casa volvió a salir en los medios hace unos meses, cuando intentaron quemársela.

Más siniestro debe ser todavía morar en una casa habitada por espíritus en la gran pantalla. Es el caso de la siniestra vivienda de Rhode Island que aparecía en 'The Conjuring: Expediente Warren', una película inspirada en hechos reales en la que un matrimonio especialista en fenómenos paranormales tiene que ayudar a una familia atemorizada por los extraños sucesos que viven en su granja.

La pareja propietaria de la casa real asegura haber recibido desde entonces amenazas de todo tipo e incluso temen que los intrusos que acudan hasta allí les causen algún daño real. Los dueños acaban de demandar por ello a Warner Bros, ya que han señalado que la compañía no les informó de que iban a promocionar la película diciendo que estaba basada en hechos reales e incluso publicó la ubicación de la vivienda. Warner no ha querido hacer ningún comentario público sobre la demanda.

Los fans de los 'reality show' también acuden en masa a visitar el hogar de sus concursantes favoritos, que aunque no son personajes de ficción, lo parecen. Es el caso de la vivienda de 'Jersey Shore', aquel programa de la MTV que reunía a un grupo de jóvenes amantes de la fiesta y el desfase. Durante años, los seguidores de Snooki se desplazaron allí para forzar la puerta, hacer pintadas o llevarse las tejas. Una situación que obligó a sus propietarios, que querían alquilarla el resto del año, a pintar la casa todas las semanas e incluso a contratar guardias de seguridad.

En este caso, los dueños no tienen excusa: sabían que allí se iba a rodar un salvaje programa y no precisamente una joya del séptimo arte, como en la casa de los Norton hace cuatro décadas.