El municipio toledano de Seseña ha sido escenario de un grave episodio de violencia que ha conmocionado a los vecinos y propietarios afectados. Una familia de okupas ha usurpado varias viviendas en un bloque de pisos, desatando el pánico entre los dueños y los trabajadores de una empresa de desokupación, que intentan mediar en la delicada situación.
La propietaria de una de las viviendas ha convocado a las cámaras de Cuatro para dar visibilidad al calvario por el que está pasando. Sin embargo, durante la grabación, la okupa ha llamado a la Guardia Civil al sentirse “acosada” por la propietaria y las cámaras.
La dueña del apartamento ha declarado (ocultando su identidad por miedo a represalias) que compró el piso okupado sin saberlo, y que cuando habló con los ocupantes ilegales, estos le amenazaron de muerte.
Las cámaras del programa En boca de todos captaron el momento en el que una de las mujeres okupas perdió completamente el control, gritando "¡auxilio!" mientras insultaba y amenazaba a los presentes y descargaba su ira a patadas contra las puertas, todo ello frente a la mirada atónita de su hija menor, de apenas cinco años.
La situación se calmó parcialmente cuando la pareja de la mujer la advirtió de la inminente llegada de la Guardia Civil, consiguiendo frenar la escalada de violencia. La presencia de menores en este tipo de ocupaciones ilegales preocupa profundamente a vecinos y autoridades, que exigen medidas inmediatas para devolver la tranquilidad a Seseña.
Este preocupante caso de okupación violenta en Toledo reabre el debate sobre la seguridad de la propiedad y la necesidad de actuar ante la okupación ilegal en España, especialmente cuando se produce con actitudes tan intimidatorias y frente a niños pequeños.
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