El cambio climático se ha convertido en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad. Para ello, las ciudades deben plantearse un nuevo modelo energético, tanto para los transportes como para las viviendas. En este segundo caso, las conocidas viviendas de cero emisiones o de “carbono cero” son una propuesta real para lograr una alta eficiencia energética, gracias a su sistema de aislamiento y de la producción eléctrica mediante energías renovables. En ciudades como París, por ejemplo, todo un barrio ha sido pionero en la construcción de edificios de carbono cero. El proyecto ha sido llamado Îlot Fertile, lo que ya supone una declaración de principios. Veamos por qué.
Un nuevo barrio que mira a “lo antiguo”
Îlot Fertile “isla fértil” en francés, es un barrio del norte de París situado en un solar triangular del distrito 19 de la ciudad. Está formado por cuatro edificios de piedra caliza concebidos como cero emisiones, siendo el primer barrio de carbono cero de la capital francesa. El proyecto ha sido desarrollado por el estudio de arquitectura francés TVK. El conjunto contiene apartamentos, un albergue juvenil, residencias de estudiantes, un hotel, oficinas, restaurantes, tiendas e instalaciones deportivas.
Todas estas instalaciones se encuentran alojadas en los cuatro edificios que componen el barrio. Estos cuentan entre siete y nueve plantas de altura. Las plantas bajas están realizadas de hormigón, con bajas emisiones de carbono, y responden a unos espacios interiores amplios y despejados. Los niveles superiores están construidos con piedra caliza de la región Île-de-France, cuya proximidad permitió reducir los costes del transporte.
Un aspecto llamativo de este proyecto es, precisamente, su material. El conjunto cuenta con 35.200 metros cuadrados, aspecto que trasciende por ser el barrio de mayor construcción de piedra portante desde la reconstrucción de París por Georges-Eugène Haussmann, realizada a mediados del siglo XIX. Salvando las distancias, las referencias son claras, el equipo optó por “utilizar principalmente piedra caliza de la región de París: [que] es la misma que se utilizó para construir los edificios Haussmann”.
La distribución de espacios
La distribución de los espacios interiores también cuenta con secuencia lógica. Los espacios públicos, así como restaurantes y tiendas, se ubican en las plantas bajas de los edificios, optando a abrirse al jardín central de la barriada. En los niveles superiores se encuentran los alojamientos hoteleros y los apartamentos. Además, también existe un nivel exterior elevado que ofrece espacios ajardinados adicionales, donde se han instalado huertos, hoteles para insectos o cajas nido.
Las oficinas están situadas en el edificio situado en paralelo a la vía del ferrocarril. Para adaptar este bloque a la topología existente y mover la menor cantidad de tierra posible en su construcción, el diseño incluyó un polideportivo hundido en un gran agujero que permitió crear un volumen interior de techos altos. “La forma de cada edificio está vinculada a la geometría muy específica del emplazamiento modelado por la infraestructura ferroviaria, aspecto que aporta diversidad a un complejo de edificios de esta escala”, exponen desde el estudio TVK.
Una mínima huella de carbono
El diseño de Îlot Fertile destaca, principalmente, por su componente ecológico, buscando que su huella de carbono tanto en la construcción como en el funcionamiento del día a día fuera mínima. Este modus operandi ha sido impulsado por “la ambición de transición ecológica de la ciudad de París, donde el carbono cero es un objetivo a largo plazo para la vida de toda la operación”.
Los edificios del barrio cuentan con paneles fotovoltaicos y tejados verdes para la producción de energía al unísono que se pretende aumentar la biodiversidad. Asimismo, se ha aplicado un diseño bioclimático para reducir al mínimo las necesidades energéticas de calefacción, refrigeración e iluminación. Por otra parte, la proximidad con el transporte público ayuda a fortalecer la movilidad sostenible de las personas, reduciendo al mínimo el número de aparcamiento disponible en superficie.
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