Aelec: "La falta de capacidad de la red eléctrica está impidiendo la conexión de muchísimas viviendas"

La saturación de la red eléctrica se ha sumado a la larga lista de obstáculos para aumentar la oferta de viviendas en España, en un momento en el que la demanda no deja de crecer y que la crisis habitacional se ha consolidado como el principal problema de los ciudadanos. 

Desde la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (aelec) no solo son conscientes de ello, sino que muestran su preocupación por la situación y urgen a tomar medidas inmediatas para poder conectar aquellas promociones de viviendas que ya cuentan con una solicitud aprobada o en tramitación. 

Según ha explicado Marta Castro, directora de regulación de aelec, durante la presentación del estudio  ‘Viviendas más eficientes y sostenibles’ elaborado por la consultora Deloitte, en España hay un "apetito importante por electrificar la vivienda", como muestran los datos de solicitudes de acceso y conexión a la red que están solicitando los promotores de viviendas. Unas peticiones que no se están viendo atendidas por la actual sobrecarga de la red. 

"A cierre de 2024 contábamos con unos 6,8 gigavatios de solicitudes de acceso y de conexión y estamos tremendamente preocupados, porque prácticamente el 43% de las solicitudes no pueden ser atendidas por parte del distribuidor como consecuencia de la falta de capacidad", ha afirmado Castro. 

La directora de regulación de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica ha recordado que, a finales de noviembre, está saturada en más de un 87%, y ha insistido en que "el problema es que no hay capacidad en la red. Y obviamente esto está impidiendo la conexión de muchísimas promociones de viviendas. La realidad es preocupante y necesitamos abordarlo cuanto antes".

Las solicitudes de acceso y conexión a la red eléctrica se dividen en tres grupos: las concedidas, las que se encuentran en tramitación y las rechazadas. Según aelec, actualmente en torno a 3 gigavatios (el 43% del total contabilizado a cierre de 2024) se enmarcan en las dos primeras tipologías (concedidas y en tramitación), y es en ellas donde es necesario actuar a muy corto plazo. 

"Son solicitudes de acceso y conexión que en estos momentos están firmes, es decir, que están concedidos y no conectados, por lo que no están siendo atendidos. Y son a los que tendríamos que dar priorización", ha enfatizado. 

Una de sus propuestas ha sido poner en marcha mecanismos regulatorios que permitan utilizar la red que no se esté usando (por ejemplo, del transporte) y destinarla al segmento residencial para abordar las actuales "necesidades de la vivienda".

Junto a esta alternativa, desde aelec también abogan por "invertir en líneas y subestaciones" para incrementar la capacidad actual de la red de distribución eléctrica, creando un marco estable que reduzca la incertidumbre y facilite la financiación; así como una definición de retribuciones para captar capital en este ámbito. Asimismo, consideran imprescindible "una planificación más flexible y anticipada", y que se agilicen los "permisos y accesos a la red". 

Un lastre para la eficiencia energética del parque residencial

El actual problema de capacidad de las redes eléctricsas no solo está afectando a las nuevas promociones de viviendas, sino que enconde otra consecuencia para el mercado residencial: podría frenar su transición energética hacia unos mejores niveles de eficiencia y sostenibilidad. 

Según el estudio, el sector residencial en España supone el 18% del consumo de energía final y el 8% de las emisiones netas de gases de efecto invernadero, con un 37% del consumo que aún depende de los combustibles fósiles. En el caso de la climatización (que incluye calefacción, refrigeración y agua caliente), el gasóleo y el gas natural concentran alrededor del 50% del consumo, frente al escaso 11% que depende de la electridad. 

El objetivo es incrementar de forma gradual el peso de las energías renovables en detrimento de los combustibles fósiles tanto para reducir los consumos como las emisiones, y, así, dar cumplimiento con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030. Se estima que para alcanzar la descarbonización del parque residencial es necesario triplicar el ritmo de reducción de emisiones, pasando de un 2% anual a un 6-7% en cada ejercicio.

Sin embargo, los elevados precios de la electricidad respecto a combustibles como el gas natural y la elevada inversión necesaria para instalar tecnologías más eficientes como las bombas de calor (con un coste medio de entre 6.000 y 11.000 euros) están impidiendo que cada vez más hogares abracen el cambio.  

En este sentido, el documento detalla que la electricidad es actualmente 2,5 veces más cara que el gas para los hogares españoles, "debido a una mayor carga regulatoria e impositiva". Y esta diferencia, sumada a la inversión inicial necesaria para instalar este tipo de sistemas, está frenando su impulso en España, que dista mucho de los niveles de otros países europeos. 

En la última década, se han vendido en Europa más de 17 millones de unidades de bomba de calor, con Francia, Italia y Alemania en cabeza (representan más de la mitad de las ventas anuales). 

Según explican desde Deloitte, la bomba de calor mezcla eletricidad con otras fuentes de energía cercanas, como el agua, el aire o la corteza terrestre; y genera más energía de la que consume. En concreto, tiene "un rendimiento hasta cuatro veces superior y emisiones un 86% inferiores a otras alternativas. Pese a ello, solo está presente en el 22% de los hogares españoles, frente a cuotas del 45-70% en países del norte de Europa".

Para revertir esta situación y acelerar la descarbonización del parque de viviendas, el documento plantea varias recomendaciones estratégicas, entre las que destacan reducir la carga fiscal de la electricidad, o mantener y ampliar los incentivos a la electrificación y la rehabilitación energética, "que han movilizado más de 4.000 millones de euros entre 2021 y 2024". 

También apunta a la necesidad de "desarrollar programas y regulaciones coherentes con la transición, incluidos los criterios de cambio de sistemas de climatización"; e "impulsar campañas de sensibilización para aumentar el conocimiento ciudadano sobre tecnologías eficientes". 

En opinión de Laureano Álvarez, socio de Energía de Monitor Deloitte, "España tiene una oportunidad clara para acelerar esta transformación y situarse al nivel de los países europeos de referencia”, aunque el despliegue de bombas de calor y de otras tecnologías eficientes "requiere un entorno regulatorio que incentive la electrificación, mantenga los programas de apoyo y asegure redes capaces de absorber la nueva demanda". 

En esa misma línea, la directora de regulación de aelec ha insistido en que “la vivienda es uno de los grandes retos pendientes de la transición energética. Para avanzar en eficiencia, electrificación y reducción de emisiones necesitamos un marco regulatorio coherente, que haga la electricidad más competitiva y permita a los hogares adoptar soluciones rentables y sostenibles". "La transición será más rápida y justa si se garantiza una fiscalidad adecuada, se simplifican las ayudas y se refuerzan las redes eléctricas”, ha recalcado.  

Por tanto, concluye el estudio, "la transformación del parque de viviendas solo será viable si se acompaña de una actualización y refuerzo de las redes eléctricas, que son esenciales para integrar el incremento de demanda y el crecimiento de la generación renovable distribuida. Sin estas condiciones, el despliegue de tecnologías eficientes y la electrificación de los hogares podría verse ralentizado, comprometiendo los objetivos climáticos y el desarrollo de nueva actividad industrial vinculada a la transición energética".