Airbnb ofrece en Reino Unido subarrendar la vivienda de alquiler habitual como turístico

La plataforma de alquileres de corta duración amplía su espacio en Reino Unido permitiendo a inquilinos con contratos de alquiler de vivienda habitual la posibilidad de subarrendar la casa para alquiler turístico, con el beneplácito del propietario. Airbnb ya se asoció en 2022 con Greystar, el mayor propietario de viviendas en EEUU, y ahora llega a unos 1.500 pisos del gigante estadounidense en Londres. Los inquilinos de larga estancia actuarían como anfitriones en Airbnb, y tendrían que negociar con el propietario los días al año que pueden arrendar y un porcentaje de las ganancias, entre un 10% y un 25% de los beneficios.

Airbnb desarrolla nuevos conceptos de alquiler de corta duración para salir de la crisis de reputación y de los movimientos de ciudades de todo el mundo que están comenzando a tomar medidas contra los pisos turísticos ante el problema de la escasez de viviendas para los alquileres de larga estancia y la subida de los precios de las rentas.

A partir de esta semana, Airbnb ofrece en Reino Unido su programa ‘Airbnb-friendly apartments’, que desde 2022 ya se encuentra en EEUU. Se trata de que la plataforma conecta a los futuros inquilinos con propietarios que estén dispuestos a que estos arrendatarios puedan actuar como anfitriones en Airbnb y ofrecer su piso para alquileres por días concretos, con beneficios para ambas partes. Una nueva forma de subarrendar la vivienda.

Airbnb ya ofrece esta clase de viviendas en ciudades estadounidenses como Houston, Phoenix o Jacksonville en acuerdos con empresas de alquiler, incluida Greystar, el mayor propietario de viviendas de EEUU.

Ahora, 1.500 pisos de Greystar en Londres, divididos en tres edificios, ofrecen la posibilidad a propietario e inquilino de llegar a un acuerdo para ofrecer la vivienda como piso turístico. Arrendador y arrendatario deben establecer la normas de los alojamientos de corta duración, como el número de noches que se pueda alquilar la propiedad y aceptar compartir entre el 10% y un 25% de los ingresos con el casero.

“Muchos contratos de alquiler establecen que no se pueden subarrendar la vivienda alquilada. Por ello, muchos inquilinos han tenido dificultades para convertirse en anfitriones de Airbnb”, ha destacado Jesse Stein, director global de real estate de Airbnb. “Los propietarios que participan en el programa están contentos, siempre que puedan garantizar que la vivienda ea el hogar principal de los inquilinos”, agregó.

Los expertos achacan este movimiento de Airbnb para contrarrestas las críticas a los alquileres de corta duración, y una manera de incluir a los inquilinos afectados por el coste de los arrendamientos se puedan beneficiar de alguna manera de un alquiler turístico.

Los gobiernos locales de muchos ayuntamientos siguen achacando a Airbnb y otras plataformas de alquiler de corta duración la falta de interés de luchar contra los pisos ilegales, aquellos que no cuentan con el permiso local para actuar como piso turístico, al ser una actividad económica.

Entre ellas se encuentra Barcelona. Su alcalde, el socialista Jaume Collboni, prometió cerrar los 10.000 pisos turísticos de la ciudad de aquí a finales de 2028, cuando caducan sus licencias. Estas propiedades representan el 40% de las camas para turistas en la ciudad. Mientras, Lisboa o Madrid ha suspendido la emisión de nuevas licencias de alquiler de corta duración.

El año pasado, Nueva York comenzó a aplicar una prohibición de alquileres por menos de 30 días a menos que el anfitrión esté presente cuando el visitante se hospeda, lo que llevó a Airbnb a cancelar reservas en la ciudad.

Airbnb ha informado este mes de un aumento del 8% en reservas a través de su portal hasta septiembre, a pesar de un cierto freno ante la débil demanda de los consumidores estadounidenses. Pero advirtió de que su margen se vería afectado por mayores gastos de marketing y desarrollo de productos en el próximo trimestre.