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Los mercados financieros están viviendo un 2018 turbulento. La volatilidad de las bolsas y las primas de riesgo de los países de la periferia europea han vivido sus peores momentos desde 2012, cuando la crisis de deuda fue el azote de inversores y gobiernos.

Y no es para menos: se están produciendo tensiones políticas, comerciales y económicas en todos los rincones del planeta: la guerra comercial entre China y EEUU, los problemas políticos en Europa, las negociaciones del Brexit, el hipotético final del ciclo expansivo, el impacto de la subida de tipos en la eurozona... El capital internacional tiene los nervios a flor de piel con todos estos desafíos, aunque desde Andbank, el banco de especializado en grandes patrimonios, quitan hierro a este aluvión de problemas y ven rayos de esperanza. No obstante, reconocen que se dejarán sentir en los mercados.

Resumimos los retos que están sobre la mesa y qué opina la entidad de cada uno de ellos:

1. La guerra comercial entre China y EEUU

Las dos mayores economías del mundo están al borde de un conflicto comercial que tendría consecuencias globales. Si las tensiones van a más y los aranceles e impuestos bilaterales avanzan, esta lucha podría reducir el crecimiento del PIB mundial en torno a medio punto o, lo que es lo mismo, casi medio billón de dólares hasta 2020, de acuerdo con los cálculos de Bloomberg Economics.

Pero ¿estamos tan cerca de este escenario? Según Alex Fusté, economista jefe de Andbank en España, “parece que son más fuegos artificiales que una posibilidad real. EEUU es un peso demasiado pesado para China, que en este caso es el eslabón más débil, por lo que hay muchos argumentos sólidos para pensar que la economía asiática no tiene interés en un choque a gran escala. Si las tensiones actuales van a más, el impacto no debería ser muy duro”. Entre las razones que hay para descartar una guerra a gran escala están que China está inmersa en un proceso de reducción de deuda y que está perdiendo influencia diplomática con los países vecinos, de ahí que “ahora esté en una situación más delicada”, recalca el banco.

Aun así, Fusté insiste en que “las bolsas seguirán siendo rehenes de las tensiones que se puedan ir produciendo”.

2. Los problemas políticos en Europa y la negociación del Brexit

2018 está siendo un año de mucho ruido en materia política, sobre todo en el Viejo Continente. A pesar de que el banco prevé una mejora de los datos macroeconómicos en los próximos meses en la región, uno de los mayores frenos será la inestabilidad política en algunos de los principales países. “Sabemos que contamos con un Gobierno en Italia que es impredecible y que Angela Merkel tiene un liderazgo menor en Alemania. Además, sigue pendiente la negociación del Brexit entre Bruselas y Reino Unido, lo que seguirá siendo una fuente de incertidumbre y novedades para los mercados. Todas estas cuestiones pueden generar volatilidad a corto plazo y afectar a los activos, especialmente a los bonos italianos y a la libra”, explican desde Andbank.

A todo ello se suma que en España el Gobierno está en minoría, lo que le obligará a negociar con la oposición para sacar adelante nuevas reformas, el techo de gasto de 2019 y los Presupuestos Generales para el próximo ejercicio; o que en la Unión Europea están surgiendo grietas en lo que se refiere al proceso de integración. “Tras la cumbre europea de junio, diciembre se aventura como la próxima gran cita, pero resulta difícil adelantar si habrá nuevos o significativos pasos en relación a la integración europea. Son muchas las cuestiones que han quedado en el aire: el esquema del fondo de garantía de depósitos comunitario, el presupuesto único de la eurozona, los avances en el mercado de capitales...”, recuerda la entidad.

3. El miedo a que acabe el ciclo expansivo

Muchas voces aseguran que el actual ciclo económico alcista está cerca de su fin, teniendo en cuenta que EEUU acumula ya una década de crecimiento económico; el plazo que suelen durar de media los periodos de bonanza.

Sin embargo, desde Andbank creen que los datos de la eurozona empezarán a mejorar en esta segunda mitad de año y que la primera economía mundial tiene gasolina para rato, impulsada la bajada de impuestos que ha puesto en marcha el Gobierno estadounidense (que animará la inversión) y a que el empleo sigue mejorando.

Estas previsiones, que deberían tener un reflejo positivo en las bolsas, sí que podrían devaluar el dólar en su cruce con otras divisas internacionales.

4. La sombra de hipotéticas nuevas burbujas

Muchos inversores sospechan que las bolsas tienen una valoración excesiva (Wall Street está marcando récord estas semanas) y que se podría estar generando una nueva crisis financiera. Para el banco, sin embargo, de momento no hay motivos para que salten las alarmas.

En su opinión, las bolsas están cotizando en unos niveles razonables y lo seguirán haciendo, siempre y cuando se mantenga el ritmo de crecimiento económico. En el caso de la burbuja financiera de la que se rumorea en el mercado, la entidad sostiene que el sector no ha financiado a gran escala la compra de activos en los últimos años, lo que significa que las compras se han llevado a cabo a través de ‘equity’. Por tanto, insiste Andbank, “el sistema bancario no estaría comprometido en el caso de que hubiera alguna burbuja, si es que existe, por lo que su implosión no implicaría a los bancos, ni podría trasladarse a la economía real”.

5. La subida de tipos en la eurozona se retrasa

Otro de los focos de atención de los mercados será la hoja de ruta del Banco Central Europeo (BCE) para retirar las medidas extraordinarias de estímulos. Los inversores dan por hecho que el multimillonario programa de compra de deuda bautizado como QE se acabará a finales de año, aunque la gran incógnita es cuándo empezarán a subir los tipos de interés.

El propio BCE ya ha confirmado que el precio del dinero se mantendrá en mínimos al menos hasta el próximo verano, por lo que muchas quinielas sitúan el primer movimiento alcista en septiembre de 2019, unos meses más tarde de lo previsto hasta ahora. Esta es misma previsión que maneja Andbank, que insiste en que una inflación más elevada de lo esperado podría adelantar la decisión a junio, aunque no es el escenario más probable.

A la espera de que llegue dicho momento, todo apunta a que serán unos meses complicados para los bancos (que no podrán mejorar sus márgenes y rentabilidad hasta que empiecen a subir los tipos), por lo que las bolsas que tengan una gran presencia de entidades, como el Ibex 35, podrían toparse con ese freno. Además, desde la entidad sostienen que el ‘momento dulce’ de los bonos de los países periféricos ha pasado y que su rentabilidad seguirá subiendo de forma gradual, igual que en el caso alemán. Un repunte que supondrá mayores costes de financiación para los Estados, las empresas y las familias.

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