Wang Jianlín

El pasado 27 de mayo terminó el plazo para presentar las primeras ofertas de compra por el emblemático rascacielos madrileño. Su actual propietario, el grupo chino Wanda, cuenta al menos con una oferta sobre la mesa: la de la gestora de cooperativas Domo. En la propuesta se ha tenido en cuenta el mantenimiento de la fachada que defiende el Ayuntamiento, lo que encarecería el proyecto planteado hasta la fecha. El objetivo del actual dueño es recuperar el dinero que le costó el rascacielos.

El grupo Wanda sigue adelante con la venta del Edificio España. El dueño de la compañía, Wang Jianlin, ha anunciado de forma oficial en la televisión china que el inmueble está en el mercado. Mientras tanto, sigue con sus planes de reforma para elevar el precio de venta.

Tras varias semanas de silencio, el dueño del Edificio España, Wang Jianlin, ha señalado que está a la espera de obtener un permiso legal para poder demoler el inmueble por completo.

La marcha del Grupo Wanda de Madrid, de la que aún no hay confirmación oficial, dejaría un ‘agujero’ de millones de euros en inversión además de la posibilidad de crear miles de nuevos puestos de trabajo directos e indirectos relacionados con las obras de remodelación del edificio. Además, “de confirmarse el parón de la inversión de Wanda en Madrid, sería una mala publicidad de cara a los inversores internacionales”, afirma Francisco Arco, analista de XTB.

¿Mantener la fachada o tirarla abajo y reconstruirla? El Ayuntamiento de Madrid y el dueño del Edificio España, el multimillonario chino Wang Jianlin, llevan meses enfrentados sobre la fórmula para afrontar la reforma del rascacielos "con más valor icónico que arquitectónico", según José María Ezquiaga, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid.

El propietario del emblemático Edificio España, el chino Grupo Wanda, quiere desmontar la fachada protegida del rascacielos planta por planta, y casi ladrillo por ladrillo. Los arquitectos de Wanda ya han dividido el frontis y laterales en más de 10.000 ‘piezas’ para volver a levantarlo “tal y como lo conoce todo el mundo”.