El sistema de Seguridad Social cerró 2020 con unos ingresos de 152.044 millones de euros y unos gastos de 171.883 millones de euros, lo que supone un saldo negativo de 19.389 millones de euros. Es prácticamente el 1,8% del PIB nacional. Esta cifra supone una marca histórica según el Informe Económico Financiero de la Seguridad, mientras cierra los datos de Contabilidad Nacional.
Otros gastos como las transferencias del Estado a la Seguridad social para el pago de prestaciones universales, no contributivas y otros gastos alcanzó los 30.364 millones en 2020, en plena pandemia. Esta ampliación de transferencias va, por ejemplo, al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que abonó el pasado año 9.784 millones por las cotizaciones de los beneficiarios de las prestaciones por desempleo (entre ellos los afectados por ERTE), o 7.000 millones destinados al pago de las prestaciones extraordinarias y cotizaciones de los autónomos por la pandemia.
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