Cumplir con el compromiso europeo saldrá caro a los españoles. Si el país sigue adelante con su plan de cerrar las centrales nucleares de forma progresiva en los próximos años y apostar sólo por energías renovables, como la eólica y la fotovoltaica, hará que el recibo de la luz se dispare en todos los hogares españoles.
Las energías renovables y la hidráulica son más baratas al usar como fuentes el sol, el agua y el viento. La electricidad generada con energía nuclear también es económica porque estas centrales se consideran prácticamente amortizadas después de más de 30 años en funcionamiento.
Sin embargo, cuando la demanda de este tipo de energías se dispara en olas de calor o frio las plantas que funcionan con sol o aire quedan inutilizables. En esos casos se necesitar otra energía que cubra la demanda. De cerrarse las centrales nucleares, que funcionan las 24 horas durante los 365 días del año, y del carbón, habría que recurrir al gas, más caro, lo que encarecería más el recibo.
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