El seguro de hogar es una póliza cuya función es proteger tu vivienda frente a diferentes riesgos y siniestros. Sin embargo, hay cosas que están cubiertas y que no se saben habitualmente: en este artículo te las mostramos.
Antes de nada, conviene destacar que un seguro de hogar no solo cubre los daños que pueda sufrir una vivienda y los objetos que contiene, sino también los perjuicios que ocurran en el inmueble y que puedan ocasionar a terceros, ya sean deterioros materiales o personales.
¿Qué es un seguro de hogar?
Se trata de un contrato entre el propietario o inquilino y la aseguradora. El mecanismo es simple: a cambio del pago de una prima periódica (mensual, trimestral, semestral o anual), la aseguradora asume el compromiso de cubrir los daños contemplados en la póliza. En caso de accidente o siniestro (incendio, robo, inundación, etc.), la compañía envía a un perito para evaluar los daños. Con base en su informe, se determina la indemnización o reparación correspondiente.
¿A quién cubre el seguro de hogar?
Aunque el titular de la póliza es el asegurado principal, la cobertura se extiende normalmente a todos los miembros de la familia que vivan de forma habitual en la vivienda. En muchas pólizas también se incluyen las mascotas, siempre que estén registradas. Esto aplica tanto a parejas casadas como a convivientes con relación equivalente.
¿Qué cubre el seguro de hogar? Puntos poco conocidos
Además de las más habituales, muchas pólizas incluyen coberturas adicionales que pasan desapercibidas:
- Pérdida de alimentos en frigorífico o congelador: Tras un corte de luz prolongado, algunas aseguradoras indemnizan los productos dañados, incluidos medicamentos o vacunas almacenados.
- Daños eléctricos en dispositivos electrónicos: Si un rayo o una sobretensión provoca un cortocircuito, la póliza puede cubrir la reparación o sustitución de aparatos como ordenadores o televisores.
- Daños en vehículos estacionados: En garajes privados o comunitarios, algunas pólizas contemplan desperfectos en coches y motos.
- Protección de elementos externos: Jardines, placas solares, toldos o trasteros anexos a la vivienda pueden estar incluidos.
- Pérdida de llaves y robos fuera del hogar: Cada vez más aseguradoras ofrecen asistencia para cambiar cerraduras y cubrir atracos en la vía pública.
- Asistencia médica: Si enfermas o sufres un accidente lejos de casa y no cuentas con un seguro de viaje específico, es posible que tu seguro de hogar pueda ayudarte. Algunas pólizas, especialmente las más completas, incluyen la cobertura de asistencia en viaje. Gracias a ella, puedes acceder a asistencia médica privada en cualquier lugar del mundo y la aseguradora se encarga de los gastos que debas afrontar, ya sea abonándolos directamente o reembolsándotelos después.
¿Qué puedo reclamar al seguro de hogar? Coberturas habituales
Las coberturas pueden variar según la aseguradora y el tipo de póliza, pero las más comunes son:
- Responsabilidad civil: Protege frente a reclamaciones por daños causados a terceros.
- Defensa jurídica: Cubre gastos legales y asesoramiento en conflictos relacionados con la vivienda o la vida privada.
- Incendios y humo: Indemnización por daños provocados directamente por el fuego.
- Fenómenos atmosféricos: Como inundaciones, granizo o viento fuerte, siempre que se superen los umbrales fijados por la compañía.
- Daños eléctricos: Reparación de averías causadas por cortocircuitos o subidas de tensión.
- Daños por agua: Reparación de filtraciones, escapes o roturas de tuberías.
- Rotura de cristales u objetos asegurados: Cubre las roturas de elementos como espejos, vitrocerámicas o ventanas.
- Robo y hurto: Tanto dentro de la vivienda como fuera (por ejemplo, atraco en la calle, reposición de documentos, sustitución de cerraduras tras la pérdida de llaves, etc.).
Coberturas adicionales en el seguro de hogar
Además de las garantías básicas, muchas aseguradoras permiten ampliar la póliza con coberturas opcionales que ofrecen una protección más completa:
- Cobertura por daños estéticos en el hogar: Se trata de una garantía que asegura que, tras un siniestro cubierto, la vivienda recupere su aspecto original. Es decir, la aseguradora asume los costes necesarios para que las reparaciones no solo solucionen el problema, sino que también respeten la armonía visual del espacio.
- Filtraciones de agua: Algunas aseguradoras incluyen esta cobertura, mientras que otras la excluyen por considerarla consecuencia de una falta de mantenimiento. En general, los seguros de hogar suelen cubrir los daños cuando la filtración proviene de instalaciones fijas, como tuberías o desagües.
- Humedades por condensación: Las humedades por condensación casi nunca están cubiertas. El motivo es que estas pólizas se diseñan para proteger frente a daños accidentales o imprevistos, mientras que la condensación aparece de forma gradual por la acumulación de humedad en paredes y techos. Por esa razón, la mayoría de compañías lo consideran un problema de mantenimiento y no un siniestro.
- Reparación de la caldera: En la mayoría de pólizas, la caldera no está cubierta frente a averías internas, ya que no se considera un electrodoméstico de línea blanca (como lavadora o frigorífico). Solo se podría contempla en dos supuestos concretos:
- Cuando la avería es consecuencia de un siniestro externo, como una fuga de agua o un incendio.
- Cuando la caldera está incluida dentro de la cobertura del continente de la vivienda, al formar parte de las instalaciones fijas.
¿Qué no cubre el seguro de hogar habitualmente?
En general, el seguro de hogar no cubre:
- Daños por falta de mantenimiento o desgaste: Humedades por fugas antiguas, grietas estructurales, corrosión, etc.
- Fenómenos atmosféricos extremos no incluidos: Terremotos, erupciones volcánicas o inundaciones por desbordamiento de ríos suelen quedar fuera (en España lo cubre el Consorcio de Compensación de Seguros si tienes póliza en vigor).
- Objetos de gran valor no declarados: Joyas, obras de arte, dinero en efectivo o colecciones, salvo que se aseguren expresamente.
- Actos intencionados o negligencia grave: Incendios provocados, daños por dejar ventanas abiertas bajo tormenta, etc.
- Daños eléctricos a aparatos sin cobertura específica: Subidas de tensión o cortocircuitos no siempre están incluidos.
- Plagas y animales: Termitas, ratas, insectos o daños de mascotas suelen excluirse.
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