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Artículo escrito por Blanca López, de irea

Hace más de 70 años, el 13 de mayo de 1940, winston churchill (primer ministro británico) se presentó ante la cámara de los comunes y pronunció aquellas palabras que pasaron a la posteridad "no tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor". Ante una causa común y en una de las fases preliminares de una de las grandes batallas de la historia churchill reclamaba la ayuda de todas las personas diciendo "venid, pues, y vayamos juntos adelante con nuestras fuerzas unidas"

Echemos la vista atrás y analicemos qué ha ocurrido en España en los últimos tres años. Deseo (aunque mucho me temo que no será así) que no sean sólo los preliminares de una de las peores crisis económicas de nuestro país. La causa común, está clara, la crisis. Ahora bien, tras refinanciar más de 16.000 millones de euros de deuda de empresas inmobiliarias e industriales y ver la realidad y el día a día de las compañías, podemos decir que hay una clara falta de liderazgo con capacidad de poner en marcha soluciones conjuntas, por duras o "impopulares" que sean para todos, pero que nos permitan ver algo de luz al final del túnel. Todo lo contrario, llevamos tres años de "sálvese quien pueda"

Por eso, no pidamos imposibles:

- No se podía pretender hace tres años que las empresas inmobiliarias devolvieran de golpe toda la deuda empleada en la adquisición de suelos durante el periodo de boom del sector

- No se puede esperar que la banca tenga fortaleza financiera para aguantar en sus balances uno de los impactos más duros de la crisis, el parón inmobiliario y que además tenga recursos suficientes para seguir inyectando liquidez en éste y en otros mercados

- No se puede esperar que sin liquidez en el mercado y en el ciclo productivo las empresas puedan continuar con su actividad y desarrollen nuevos negocios que permitan crear puestos de trabajo

- No se puede esperar que con expectativas de pérdida de puestos de trabajo e incertidumbre sobre la salida de la crisis la sociedad invierta, consuma y tenga confianza

- No se puede esperar que si una empresa no puede continuar con su negocio, devuelva sus deudas y si no es posible, que haga lo posible por no entrar en concurso de acreedores para no perjudicar a sus acreedores

- No se puede esperar que a estas alturas de la crisis, haya garantías infinitas para continuar refinanciando una deuda que tiene unas expectativas muy bajas de poder recuperarse en el corto plazo

- No se puede esperar que la banca tenga que cumplir los cada vez más estrictos mandatos del banco de España y que tome decisiones de “negocio” que agilicen la actividad productiva y ayuden a las empresas, en lugar de decisiones “contables” que les permita salir mejor en la foto

- No se puede esperar que la administración pública, con sus propios problemas de décifit, recupere todas las deudas de empresas que ya están “agotadas” en términos de liquidez y si no pueden atenderlo “ahogarlas” más con procedimientos judiciales

Podría continuar pero en definitiva la conclusión es clara, no se puede tener todo en esta vida y no podemos esperar salir de esta dura crisis sin sacrificios. Todos somos responsables de exigir medidas conjuntas que nos permitan ir “todos a una”. Si continuamos por este camino nos iremos “muriendo” poco a poco y entonces no se podrá esperar que en este contexto España no pase al club de los “rescatados”

Blanca López, asociada en irea, firma especializada en el asesoramiento financiero y estratégico a compañías del middle market español, con gran especialización en el sector inmobiliario y hotelero

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