Cuenta atrás para que los bancos vendan su ladrillo tóxico. Aprovechando la recuperación del mercado inmobiliario, el Banco Central Europeo (BCE) insta a todas las entidades a olvidarse de esa estrategia y vender grandes carteras de activos tóxicos que todavía mantienen.
Los compradores son los grandes fondos oportunistas, la mayoría británicos o estadounidenses, que exigen descuentos de entre el 50% y el 80% del valor de los activos. En lo que va de año se han vendido activos por 77.000 millones y los expertos esperan que la cifra llegue este año a unos 90.000 millones, seis veces más que el ejercicio anterior.
Entre las ventas más destacadas en lo que va de año se encuentran la del proyecto Quasar, que Banco Santander vendió a Blackstone por 30.000 millones de euros, o las dos que pilotó BBVA (Marina y Sintra) y que vendió a Cerberus y CPPIB por más de 14.000 millones de euros.
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