Frank Underwood ya no volverá a hacer de las suyas en Baltimore (Maryland) y muchos en la ciudad, que hace las veces de Washington DC en la serie, lo lamentan. El fin prematuro de la serie de Netflix ‘House of Cards’ va a costar alrededor de 2.000 empleos, entre electricistas, decoradores, dueños de restaurantes y lavanderías, a una ciudad que como muchas otras se ha beneficiado de la actividad económica de las series de televisión.
Netflix decidió a comienzos de mes dar por finalizada la serie y cortar lazos con Kevin Spacey, que también era productor ejecutivo de la serie, después de varias acusaciones de abuso sexual de miembros del equipo de 'House of Cards', así como de un actor que fue víctima de tocamientos cuando era menor.
Tras cinco temporadas, Baltimore dejará de ver desfilar en sus calles al elenco de la serie y sus decenas de empleados, que generaban pingües ingresos a los negocios de la zona y han elevado la arquitectura de una ciudad en horas bajas al puesto señorial que se merece, al tiempo que han convertido en atracción turística lugares que en otro contexto serían irrelevantes.
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Solo en la cuarta temporada, Media Rights Capital, empresa productora de la serie, contrató a 2.700 trabajadores de equipo técnico, actores y extras. Además, echó mano de cerca de 2.000 proveedores del estado de Maryland, entre empresas logísticas, de transporte, pintura o alimentación.
Los pequeños negocios de la zona, que se habían acostumbrado a satisfacer pedidos gigantescos de comida, pasteles, ropa o alfombras ahora se tendrán que conformar con los vecinos del barrio o esperar que una nueva serie elija la ciudad como escenario, como ya lo hizo ‘The Wire’ o ‘The Corner’.
La última temporada trajo 129 millones de dólares a la economía del estado, solo en las contrataciones de extras, actores y en el dinero gastado en tiendas y negocios de la zona.
El estado de Maryland, por su parte, facilitó la llegada de ‘House of Cards’ con la concesión de cerca de 60 millones de dólares en exenciones fiscales durante varios años.
Como contrapartida, la serie ha puesto en el mapa a Baltimore, que en ‘House of Cards’ sirve de escenario para un Washington DC ficticio, y ha dado una nueva relevancia a su arquitectura señorial de fin del siglo XIX, la época dorada de la ciudad donde vivió Edgar Allan Poe.
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Ahora, los visitantes reconocen Patterson Park, el Peabody Institute o el Museo de Baltimore, entre los escenarios emblemáticos por los que se paseaba el maquiavélico Frank Underwood.
La serie también podría servir para dar algo de brío al decaído mercado inmobiliario de Baltimore, ya que se espera que pronto salga a subasta la Bolton Hill house, casa de Frank y Claire Underwood antes de llegar a la Casa Blanca. El precio inicial es de 500.000 dólares y se espera que la puja supere los 800.000 dólares, por encima del valor medio de mercado para una vivienda similar en la ciudad.
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