
La gestión de los datos masivos digitales es la nueva fiebre del oro del siglo XXI. Analizar los movimientos y gustos de la gente puede hacer que las sociedades sean más productivas, impulsando el crecimiento, el empleo y las finanzas, pero también tienen su lado oscuro si se llegan a capturar datos personales sin un consentimiento efectivo. A lo largo de la última década se han producido alguna de las mayores brechas en los datos guardados por grandes empresas como Yahoo, Ebay y LinkdIn.
El equilibrio entre privacidad y uso de datos para mejorar está en el centro de la ecuación. Las políticas para proteger la privacidad, un objetivo en la mayoría de los países, pueden ayudar a reducir el uso no autorizado de datos personales. La privacidad de los datos médicos y financieros, por ejemplo, es un pilar fundamental de la confianza en estos sistemas. Sin embargo, centrarse únicamente en proteger la privacidad puede evitar otros usos de los datos que generan valor económico y social y puede dificultar que las empresas emergentes obtengan los datos con los que necesitan competir, según un infirme del Fondo Monetario Internacional (FMI).
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