Los cambios anunciados por el gobierno en el impuesto sobre la renta de las personas físicas, que entrarán en vigor el próximo ejercicio, hacen que los asesores fiscales recomienden retrasar la venta de una vivienda al año que viene. La razón es la reducción de la presión fiscal en las plusvalías que se obtengan por la venta. Por ejemplo, si compró un piso después de 1994 por 60.000 euros y lo vende este año por 240.000 euros, hacienda se llevaría 31.300 euros. Con los cambios previstos habría que pagar a hacienda 26.085 euros pero aplazar la venta es recomendable sólo si se analiza desde un punto de vista fiscal. Es conveniente tener en cuenta otros condicionantes como la coyuntura económica, la evolución del precio de la vivienda o circunstancias como que haya muchos pisos en venta en el mercado que dificulten la venta
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