A diferencia de lo que ocurre en muchos otros sectores o incluso en la vida diaria, donde hablar en euros forma parte ya de las conversaciones cotidianas, el sector inmobiliario y los que en él participan siguen utilizando de manera informal la peseta. Ya podemos valorar si una cena que cueste 30 euros es cara o barata, pero a la hora de hablar de una vivienda, lo tenemos claro: seguimos pensando y hablando en pesetas. Para un comprador es más fácil decidir si una casa está bien de precio si el vendedor le habla en la vieja moneda -"cuesta 35 millones"- y la casi totalidad de los vendedores dan el precio directamente en pesetas. ¿A alguien comprando casa le han dado alguna vez la cifra en euros?
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