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España es uno de los países de la unión europea donde la adquisición de una vivienda requiere mayor esfuerzo financiero. Así, el comprador de una casa en 2002 tuvo que hipotecar algo más de seis salarios brutos anuales según el estudio 'el mercado inmobiliario español', elaborado por la asociación de promotores inmobiliarios de Madrid (asprima), analistas financieros internacionales (afi) y el grupo planner

Traducido ese esfuerzo en desembolso mensual, los hogares españoles dedicaron una media del 48% de su renta al pago del crédito hipotecario. Este informe, que compara el sector inmobiliario doméstico con el del resto de los países de la ue, sitúa el esfuerzo de los españoles prácticamente a la misma altura que el de los ciudadanos británicos y por debajo de la inversión realizada por los franceses, 5,5 salarios anuales. Pese al espectacular aumento del precio de la oferta residencial en españa desde 1998, un 60%, el estudio descarta que se haya generado una burbuja inmobiliaria y subraya que la explosión de este sector es un fenómeno compartido por la mayoría de los países europeos. Eso sí, la subida se ha presentado proporcionalmente más pronunciada en españa por el proceso de convergencia en niveles de renta y tipos de interés

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