Paradójicamente, la rehabilitación del distrito de ciutat vella en Barcelona y de muchos cascos antiguos de los municipios catalanes ha sido contraproducente para aquellos vecinos de edad avanzada que disponen de ingresos mínimos (en gran parte de los casos con pensiones que no llegan a 300 euros) y residen en el mismo inmuebles, en alquileres de renta antigua, desde hace décadas. Muchos de estos edificios han sido adquiridos por nuevos dueños que están deseando deshacerse de los inquilinos para poder vender los pisos a precios astronómicos. Por eso utilizan todo tipo de estratagemas para hacer la vida imposible a los vecinos y que estos se marchen. Esto se conoce como "mobbing inmobiliario" y el ayuntamiento de Barcelona sostiene que sólo se produce de forma aislada
En algunos casos, los nuevos propietarios de los edificios les mienten a los vecinos y les dicen que con la nueva administración el pago del alquiler se hará cada tres meses. Lo malo que es que si no se paga el alquiler durante tres meses, el dueño puede iniciar un trámite de desahucio y el vecino puede ser puesto de patitas en la calle. En otras ocasiones el método no es tan sutil. Vecinos de ciutat vella relatan cómo les arrancan los interfonos, cortan la luz de la escalera y hasta dejan grifos abiertos en los pisos vacíos para provocar daños en el edificio que, naturalmente, los dueños no arreglan
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