En octubre de 2002 salió a la luz una importante estafa inmobiliaria madrileña. Cerca de 1.200 familias que adelantaron para su vivienda unos 18.000 euros de media se encontraron con que la empresa cpv (comercializadora peninsular de viviendas) ni les había construido el piso contratado ni poseía suelo alguno, ni tenía fondos o bienes para reponerles los más de 21 millones de euros que le adelantaron. Y no tenía bienes embargables porque un par de meses antes los había puesto a salvo de acreedores en una singular operación de permuta
Al parecer, la permuta la hizo en estrecha colaboración con una sociedad (jabbar inversiones) de Javier Sánchez Lázaro carrasco, hermano de los dueños de mic servicios de copias, la empresa que contrató a romero de tejada. El consejero delegado de jabbar era Pedro García valero, también empleado de la copisteria mic. La operación de permuta entre cpv y jabbar inversiones se cerró el 12 de agosto de 2002. En ella cpv entregaba a jabbar "todos sus bienes inmobiliarios que valoraba en 8,8 millones de euros". A cambio jabbar pactaba entregarle 4,5 millones de euros y 32 hectáreas de suelo rústico
Pero una claúsula hacía que cpv no recibiera ningún dinero: "jabbar inversiones retiene todo el dinero de cpv para hacer frente a los tres pagarés que debe a los hermanos de la instrucción cristiana". Otra claúsula impedía también la entrega de suelo: "jabbar entregará las 32 hectáreas una vez sea aprobado el convenio que en estos momentos se está negociando con el ayuntamiento". Por lo tanto, "esta operación consumó el vaciamiento patrimonial de cpv" reza la denuncia. Pedro García valero, firmante de toda la operación de permuta con cpv y modesto empleado de una copistería es, paradójicamente, administrador de una decena de sociedades inmobiliarias
Al parecer, la permuta la hizo en estrecha colaboración con una sociedad (jabbar inversiones) de Javier Sánchez Lázaro carrasco, hermano de los dueños de mic servicios de copias, la empresa que contrató a romero de tejada. El consejero delegado de jabbar era Pedro García valero, también empleado de la copisteria mic. La operación de permuta entre cpv y jabbar inversiones se cerró el 12 de agosto de 2002. En ella cpv entregaba a jabbar "todos sus bienes inmobiliarios que valoraba en 8,8 millones de euros". A cambio jabbar pactaba entregarle 4,5 millones de euros y 32 hectáreas de suelo rústico
Pero una claúsula hacía que cpv no recibiera ningún dinero: "jabbar inversiones retiene todo el dinero de cpv para hacer frente a los tres pagarés que debe a los hermanos de la instrucción cristiana". Otra claúsula impedía también la entrega de suelo: "jabbar entregará las 32 hectáreas una vez sea aprobado el convenio que en estos momentos se está negociando con el ayuntamiento". Por lo tanto, "esta operación consumó el vaciamiento patrimonial de cpv" reza la denuncia. Pedro García valero, firmante de toda la operación de permuta con cpv y modesto empleado de una copistería es, paradójicamente, administrador de una decena de sociedades inmobiliarias
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