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Varios economistas, en línea con el fmi y la ocde, consideran que se deberían eliminar las deducciones fiscales de las hipotecas (salvo para las rentas más bajas o los más jóvenes) para así frenar el encarecimiento de la vivienda. En general, cada particular puede restar de sus impuestos del IRPF el 15% de lo que paga anualmente, en concepto de intereses y de amortización de capital de su préstamo. Ese 15% únicamente se puede aplicar sobre los primeros 9.015,18 euros

Esta desgravación supone, por un lado, una reducción del precio real de una hipoteca. Si la hipoteca media actual (a tipo variable) tiene un tipo de interés del 3%, éste pasa a ser realmente del 2,55% por el efecto fiscal (2,25% si se aplican los coeficientes máximos). Si a ello se une que el índice de precios de consumo (ipc) en 2003 se situó en el 2,6%, el resultado es que las hipotecas tienen un coste real negativo

Por otro lado, esta desgravación también se puede ver como una fórmula de reducir impuestos. Por ejemplo, si un particular gana 22.000 euros al año, tendría un tipo de tributación del 14,63% (sin deducciones). Si destina un 20% de sus rentas al pago de una hipoteca, ese tipo baja al 11,62%. Cuanto más altas son las rentas, menor impacto fiscal tiene la aplicación de la deducción por vivienda. En cualquier caso, los expertos no dudan que esta deducción anima a los particulares a endeudarse y arrastra al alza el precio de la vivienda

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