Los responsables de las principales compañías del sector inmobiliario español están seriamente preocupados por la consolidación en Europa de una modalidad de sociedades de inversión que poseen una capacidad financiera casi ilimitada: los real estate investment trusts (reits). Estos fondos dedican el dinero de sus partícipes a la compra, gestión y venta de inmuebles, pero con la particularidad de que la gestora no paga impuestos sino que reparte sus beneficios, con lo que traslada la imposición a cada uno de los partícipes. Dado el enorme volumen financiero que manejan, pueden disparar el precio de compra de inmuebles del sector terciario, hundir la rentabilidad de las inversiones y las rentas de los arrendamientos o incluso ser duros rivales en el área de promoción. Para acceder al mercado español, necesitarán un impulso legislativo pero teniendo en cuenta los planes del nuevo gobierno socialista, que aseguró que reforzará los fondos de inversión inmobiliaria para potenciar el alquiler, no es de extrañar la preocupación de los operadores españoles
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