El frenesí de precios ha provocado la entrada en él de cientos de viviendas minúsculas como estudios y, últimamente, trasteros, buhardillas y locales de 18 a 25 metros cuadrados que además tardan poco en venderse. Aunque proporcionalmente el metro cuadrado resulta más caro, al tratarse de viviendas tan pequeñas el valor total resulta bajo. Por ejemplo, un estudio de 20 metros cuesta entre 93.000 y 120.000 euros. En Madrid, los distritos de centro, puente de vallecas, arganzuela, tetuán, latina y chamberí son las zonas donde se encuentran este tipo de viviendas. "En lavapiés, el 6% de las viviendas tiene menos de 25 metros cuadrados", señala Pablo díaz-romeral, director técnico de tasamadrid. Pero cuidado con lo que se compra, porque algunas de estas casas carecen de licencia de primera ocupación y son ilegales. El plan general de ordenación urbana de Madrid de 1997 no permite construir casas de menos de 25 metros cuadrados en el caso de los estudios y 38 metros en general lo que significa que los inmuebles de dimensiones inferiores y posteriores a 1997 son considerados infraviviendas, ya sean de obra nueva o los resultantes de rehabilitaciones integrales
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