La "dinámica perversa" del desarrollo turístico residencial en el sur del litoral alicantino ha agotado el suelo urbanizable y ha provocado una crisis socio-económica en los municipios centrados en este tipo de oferta turística, según un estudio de la universidad de Alicante, que dirige el investigador Tomás mazón. "Cuando el objetivo del turismo no es la llegada de turistas sino la venta de viviendas, una vez que se ha agotado el suelo Urbano disponible se alcanza el final del ciclo de vida del producto", explica mazón. El investigador añade que el sector turístico se ve dañado, además, por la falta de control de la oferta residencial. En Alicante hay 17.725 apartamentos registrados por la agencia valenciana de turismo, mientras que los investigadores de la universidad de Alicante han contabilizado 237.493 que no han salido al mercado oficial. Eso quiere decir que "se ofrecen en el mercado de alquiler de forma fraudulenta para el fisco español", denuncia mazón. Del turismo residencial se benefician las empresas y las arcas municipales que recaudan los ingresos que genera el proceso de urbanización. Pero son beneficios "a corto plazo", recuerda mazón, ya que los costes de mantenimiento de las urbanizaciones superan a lo ingresado en primera instancia y los ayuntamientos, además, han de sufragar los gastos que genera el incremento de la población turístico-residente en los servicios e infraestructuras
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