Los actuales dirigentes de eta han diseñado ya su estrategia terrorista para los próximos meses, según se desprende del número 107 del 'zutabe' -el boletín interno de la banda- correspondiente al pasado mes de marzo. Una estrategia en la que, además de anunciar nuevos atentados durante el verano contra intereses turísticos en la costa española y amenazar a periodistas y políticos, pone de modo destacado en el punto de mira a siete inmobiliarias vascas. Esta campaña contra el 'ladrillo' la inició eta en octubre de 2004, cuando sus comandos colocaron sendos artefactos explosivos en las sedes de otras tres inmobiliarias: las donostiarras ondarreta y adarra, y la bilbaína sarrikobarri-galarza. El motivo: "negarse a pagar el impuesto a favor de euskal herria". Los dirigentes etarras, que aseguran que el "problema de la vivienda [...] está alcanzando una dimensión preocupante incidiendo directamente en el futuro de euskal herria", incluyen al final del texto el nombre de las siete empresas vascas de la construcción, junto a la identidad de sus propietarios, a las que amenaza ahora. A todas ellas les acusa también de "enriquecerse a costa de la especulación"
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