La vivienda resulta cara en España antes incluso de haber puesto el primer ladrillo. Los arquitectos calculan que el coste de todas las operaciones previas necesarias para comenzar a construir una promoción (crédito inmobiliario, compra del solar, proyecto, tasación, licencia de obra) supone una inversión previa de unos 35.000 millones de euros al año, lo que equivale a un 7% de la renta nacional de los hogares, mientras la media europea apenas supera el 1%. De esos 35.000 millones, unos 30.000 millones provienen de empresas que aseguran un 80% de la producción residencial. El resto está a cargo de cooperativas, particulares y administraciones públicas, según refleja el último informe de coyuntura del consejo superior de los colegios de arquitectos. Entre 1993 y 1996, de media, estos gastos previos fueron equivalentes a 1,5% de la renta nacional de los hogares, a pesar de que España ya era entonces uno de los mayores países constructores de pisos
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