El gobierno británico ha dado marcha atrás a una normativa fiscal que podría haber beneficiado al mercado inmobiliario español ya que hubiera permitido, según la consultora roan, que entre 30.000 y 40.000 británicos hubieran comprado una segunda vivienda en España en un plazo de tres años. La normativa fiscal que iba a entrar en vigor en abril de 2006, equiparaba la deducción fiscal por las aportaciones a planes de pensiones con la inversión en residencias inmobiliarias, tanto dentro como fuera del reino unido. Se trataba de crear pensiones personales con autoinversión, con lo que se podía pedir prestado hasta un 50% del capital depositado en el fondo y devolverlo, como si de una aportación a un fondo de pensiones se tratara, con una desgravación de hasta el 40% del valor de la vivienda. Esta fórmula había generado una gran euforia y ya se hablaba de un nuevo boom en el sector, pero las presiones y las denuncias han dado al traste con la normativa fiscal
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