El parón que experimenta el ladrillo en málaga está haciendo que cientos de inversores particulares que compraron pisos con vistas a obtener una rápida rentabilidad opten ahora por ponerlos en alquiler. Los especuladores empiezan a aferrarse a esta fórmula como una tabla de salvación ante la ralentización de los ritmos de venta. La saturación del mercado unida al frenazo en el recorrido de los precios hace que muchos ahorradores se estén encontrando ya con serios problemas a la hora de deshacerse de la vivienda y darle liquidez a los ingresos que en su día decidieron meter en la hucha del ladrillo. En la costa del sol la rentabilidad ya no es la esperada, y en muchos casos las revalorizaciones que se pueden obtener no cubren ni los gastos de compraventa. Ante este nuevo escenario los propietarios optan por la obtención de una renta mensual para asumir el pago de la hipoteca. Además, el arrendamiento permite reservar el inmueble y esperar un nuevo ciclo alcista para multiplicar los beneficios
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