El crecimiento de la población de origen extranjera, que superaba los 3,2 millones de personas a principios de año, ha transcurrido paralelo al aumento del parque inmobiliario, que en los últimos siete años ha crecido en más de 2,4 millones de viviendas. Sólo durante el año pasado se vendieron en nuestro país 900.000 casas. Entre los años 1998 y 2002 los inmigrantes absorbieron el equivalente al 35% de las nuevas construcciones (en ese periodo se edificaron un total 1,2 millones de viviendas) y en esos cuatro años vinieron a España 1,4 millones de inmigrantes, teniendo en cuenta que según el censo de 2001 cada vivienda era ocupada por una media de tres extranjeros, se concluye que el incremento de número de alojamientos debido a la inmigración fue superior a las 430.000 viviendas
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