La economía española se encuentra en su décimo primer año de crecimiento ininterrumpido, con un crecimiento interanual del 3,5% en el primer trimestre de 2006, frente al 1,9% que creció la eurozona. Los signos de recalentamiento han sido claros desde hace algún tiempo. Los precios de la vivienda han subido un 150% desde 1998 a pesar de que el stock de viviendas se ha doblado a lo largo del mismo periodo. Algunos economistas han avisado que un crecimiento basado en una burbuja inmobiliaria y un frenesí consumista no pueden permanecer en el tiempo. Según Rafael pampillón, responsable del departamento de economía en la escuela de negocios instituto de empresa en Madrid, "los cimientos del crecimiento económico son a día de hoy tremendamente frágiles. Un incremento en los tipos de interés, un mayor desempleo, una caída en la demanda de nueva vivienda o menos turistas podrían pinchar la burbuja inmobiliaria". Según feito, un incremento de dos puntos porcentuales en los tipos de interés (4,5%) sería suficiente para lanzar a España a la recesión. Los únicos factores que están retrasando un desplome son los bajos tipos de interés y la demanda creada por 4 millones de inmigrantes, que han traído alrededor de un 10% de incremento en la población española en los últimos seis años
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