De los 3.863.634 jóvenes entre 18 y 24 años sólo 426.199 (el 11%) lograron emanciparse en 2005, según el observatorio joven de vivienda de España (objovi). El catedrático de sociología Miguel requena destaca que la dependencia prolongada de la familia ha pasado a convertirse en norma, aceptada por todos, incuso los jóvenes. Esto dificulta la emancipación temprana aún cuando desapareciesen los factores como el precio de la vivienda o la situación laboral precaria. El sociólogo Carlos lles se pregunta ¿Por qué los jóvenes asocian independencia a inversión e hipotecan un 30% y un 40% de sus ingresos durante toda su vida? ¿Por qué dejan de invertir en mejorar sus experiencias vitales (viajes, etc) o en tener y criar tempranamente a los hijos, ya que no es necesario tener una casa en propiedad para tenerlos?. A su juicio, la decisión de compra la basan no en un análisis de si compensa la compra o el alquiler, sino en la emulación colectiva: asumen la idea, arraigada en los padres, de la seguridad que aporta la posesión de un bien raíz, de que pagar un alquiler para independizarse supone tirar el dinero. Habla de un pensamiento hegemónico que "tenía sentido desde el punto de vista histórico porque el lema del antiguo régimen era 'una vivienda en propiedad y una familia para toda la vida'. Actualmente, se cambia de familia, de tipo de actividad o de país, pero ha quedado en el imaginario colectivo la vivienda en propiedad, aun cuando choque con el panorama de los jóvenes más ligados a la movilidad"
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