El subarriendo, es decir, un inquilino que realquila parte de las viviendas a terceras personas, es un fenómeno que cada vez se da con mayor frecuencia en las ciudades españolas. Los altos precios de los alquileres hacen que muchos intenten aliviar sus economías domésticas con esta práctica. Sin embargo, no todo el mundo conoce sus limitaciones o sus riesgos. El arrendatario sólo podrá alquilar una parte de la vivienda y nunca la totalidad. Además, no podrá pedir nunca una cantidad superior al del arrendamiento, es decir, podrá reducir el precio total que paga por la vivienda pero nunca se podrá lucrar con el subarriendo. Otro aspecto a tener en cuenta es que en el supuesto de que los subalquilados produzcan cualquier desperfecto en la vivienda la responsabilidad recaerá sobre el inquilino que realquiló los espacios
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