La demanda extranjera mantiene el vigor del sector inmobiliario en la Comunidad Valenciana pero los síntomas de agotamiento, tras cinco años de crecimiento sostenido, empiezan a asomar, sobre todo en el caso de la capital. Esto se refleja también en los cambios en la oferta, que ya no está dispuesta a comprar masivamente a precios altos y que empieza a perder el miedo al alquiler. Está en auge la fórmula de apartamentos de 30 a 35 m2 y la zona caliente emigra hacia el norte, en la pujante costa de castellón. Bautista soler, el máximo accionista del valencia f.c, cree que la demanda de viviendas ha caído "un 40% de promedio" y asegura que "el que diga lo contrario se equivoca". Estas palabras encajan con las estadísticas de viviendas visadas del colegio de arquitectos, según las cuales en el primer semestre de este año se visaron la mitad que en el mismo periodo de 2005, un 60% de las de 2004 y un 58% de las de 2003
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