Escocia es hoy uno de los pocos lugares del mundo donde las personas de menores recursos cuentan con mayores posibilidades no sólo de tener un techo sino también de conseguirlo sin esperas ni trámites burocráticos interminables. Este objetivo ha podido alcanzarse de forma gradual pero relativamente rápida gracias a la promulgación de la ley de los sin techo (homeless act) que entró en vigor a mediados de 2003 y que proyecta terminar con la gran mayoría de los problemas habitacionales hacia 2012. Aquellos que desean establecerse en una casa ya no deben obtener complicadas autorizaciones sino que son los ayuntamientos los que deben proveerles de las facilidades y garantías necesarias para poder acceder a ese hogar. La única razón por la que la solicitud para una vivienda pueda ser rechazada en la práctica es que el municipio al que se le requirió esta casa no esté en condiciones de proporcionarla, aunque en este caso el solicitante debe ser trasladado a otra comuna
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